Tiburones y rayas revelan un bajo nivel de metal tóxico en aguas de Costa Rica

Pese a hallazgo, hacen falta estudios para descartar riesgo de consumir su carne

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El nivel de mercurio presente en tiburones y rayas que habitan en las aguas costeras de nuestro país, es más bajo que en otras partes del mundo.

Por ejemplo, el tiburón cazón pardo (Mustelus henlei), consumido por los costarricenses, presentó una concentración de mercurio (Hg) 74% menor en Costa Rica que en Australia, y 54% menor que en el mar Mediterráneo (Europa).

Los niveles de mercurio hallados en este tiburón se encuentran entre 0,03 y 0,36 miligramos de Hg por kilogramo de carne (mg/kg), valor por debajo del límite para consumo humano permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinado en 1 mg/kg.

Este hallazgo es parte de un estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) y la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR), publicado en la revista Regional Studies in Marine Science .

La investigación contó con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Costa Rica (Conicit), Conservación Internacional y MarViva.

“El poco contenido de mercurio encontrado sugiere que la contaminación por este metal en la costa del Pacífico de Costa Rica es relativamente baja”, dijo Natalia Sandoval, autora principal de la investigación.

El mercurio es un metal pesado y tóxico que permanece en los ambientes acuáticos por largo tiempo y se acumula en los tejidos de grandes peces. Por eso, los tiburones pueden ser usados como indicadores de contaminación.

La forma en que las personas entran en contacto con este metal es mediante el consumo de pescado y mariscos contaminados.

Ni siquiera con la cocción de estos alimentos se logra eliminar el mercurio presente en ellos.

En el ser humano, y según la OMS, este metal afecta los sistemas nervioso e inmunitario, así como el aparato digestivo, la piel, pulmones, riñones y ojos.

Volcanes y no minería. Este es el primer estudio que cuantifica los niveles de mercurio en elasmobranquios (tiburones y rayas) en el país.

“La investigación es parte de los esfuerzos realizados por la Unidad de Investigación Pesquera y Acuicultura del Cimar para conocer más acerca de la biología y ecología de los tiburones y rayas en el país, un grupo de peces claves en los ecosistemas marinos, pero cuyas poblaciones han sido sobreexplotadas por la presión pesquera”, afirmó Mario Espinoza, coautor del estudio.

Los investigadores trabajaron con cuatro especies: tiburón cazón pardo (Mustelus henlei), raya torpedo (Torpedo peruana), raya de velez (Raja velezi) y raya guitarra bruja (Zapteryx xyster).

“Estas especies están asociadas a la pesquería de arrastre del camarón. Son especies de depredadores que se alimentan principalmente de peces pequeños y crustáceos como camarones. Por lo tanto, existe un alto traslape entre los sitios en donde habitan estos tiburones y rayas con los sitios en donde se suele pescar camarón”, explicó Espinoza.

Los especímenes capturados se pesaron y midieron. Además, se anotó su sexo. También se les extrajo cinco gramos de músculo de la base de la aleta dorsal en tiburones, y del disco ventral izquierdo, en las rayas.

En total se analizaron 63 muestras: 17 de cazón pardo, 19 de raya de velez, 15 de raya torpedo y 12 de raya guitarra bruja.

La raya torpedo mostró las concentraciones más altas de mercurio, el doble que la raya de velez y el triple que la raya guitarra bruja y cazón pardo.

La razón podría ser que la raya torpedo es la especie más grande de las cuatro estudiadas.

“Esto se puede deber a su mayor tamaño, pero también a que esta especie se alimenta principalmente de peces. Los peces, en general, acumulan más mercurio que los crustáceos. Por eso creemos que la alimentación de una especie es un aspecto fundamental para entender como los afecta la contaminación costera”, dijo Espinoza.

Los investigadores esperaban altas concentraciones de mercurio debido a la cantidad de volcanes activos y su proximidad a la costa. Sin embargo, los niveles de este metal fueron menores que en otros países, donde la fuente de contaminación proviene de la industria minera.

“La principal fuente de mercurio en Costa Rica son las emisiones naturales provenientes de la intensa actividad volcánica, contrario a lo que pasa en países como Brasil, donde la actividad minera es muy importante”, comentó Sandoval.

Los tiburones y rayas son animales migratorios, así que la concentración de mercurio en sus tejidos no necesariamente refleja el depósito local de este metal.

Ahora bien, el estudio revela bajas concentraciones en tiburones hallados en Costa Rica y para ello ofrecen dos posibles interpretaciones: estas especies no están migrando a largas distancias o sí se están desplazando, pero no permanecen por periodos de tiempo significativos en regiones donde la contaminación por mercurio es alta.

Aunque los niveles de mercurio sean bajos, esto no exime a los tiburones y rayas de estar expuestos a otras fuentes de contaminación en aguas ticas.

Para Sandoval, el uso de plaguicidas podría ser un problema más importante para las especies marinas y, sin duda, esto representa un riesgo potencial para la salud humana.

“En Costa Rica, la contaminación costera por plaguicidas podría ser algo mucho más preocupante. Hasta ahora empezamos a tratar de cuantificar la salud de nuestros recursos marinos y es posible que zonas costeras con una mayor contaminación por plaguicidas impacten a las especies que viven ahí e inevitablemente a los seres humanos”, manifestó Mario Espinoza, coautor del estudio.

Consumo. Si bien las concentraciones de mercurio son bajas en las especies estudiadas, aún se requiere más información para determinar si su consumo entraña riesgos para la salud de los ticos.

En el país no están disponibles datos como frecuencia de consumo de carne de tiburón o raya y tamaño de las porciones, y estos son necesarios para relacionarlos con el peso corporal de la persona y así poder determinar posibles impactos en su salud.

Además, Sandoval advierte de que para tener mayor claridad, es indispensable determinar los niveles de mercurio presentes en otras especies de tiburón.

“Es importante realizar estudios similares en otros depredadores de mayor tamaño (tiburones más grandes como sedoso y azul, pez vela, marlin o dorado) para comprobar si estos también acumulan niveles bajos de mercurio”, agregó Espinoza.