Satélites de NASA develan secretos de naturaleza y turismo en Costa Rica

Estudio de Universidad de Stanford con MINAE y Banco Central señala que para mantener turismo deben cuidarse los ecosistemas, pero también la infraestructura

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Los satélites de la NASA fueron aliados para una investigación que vio cómo la naturaleza y la infraestructura son determinantes en el turismo ecológico en Costa Rica.

Con ayuda de estos dispositivos se “mapeó” la cobertura de la biodiversidad nacional con mucho detalle y se consiguieron datos de los “oasis” de biodiversidad desde los más grandes como áreas protegidas, hasta los más pequeños, como parques urbanos de solo unos metros de extensión.

Esta información, aunada a fotografías compartidas por turistas en la plataforma Flickr y de publicaciones e imágenes en la red de observación de aves eBird, dieron un panorama del turismo en el país, tanto de quienes lo buscan por su naturaleza en general, como de quienes son aficionados a la observación de aves.

Las pesquisas, de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y del Banco Central de Costa Rica (BCCR) tienen una conclusión principal: si nuestro país quiere seguir cosechando réditos del ecoturismo debe cuidar dos frentes: la biodiversidad y ecosistemas, y la infraestructura (facilidad de caminos, hoteles, servicios lugares para comer y comprar agua).

“El turismo es mayor en los lugares donde la biodiversidad y la infraestructura coinciden. ¿Dónde son estos lugares? Por ejemplo, Monteverde, toda la parte de la cordillera volcánica”, comentó Alejandra Echeverri, científica de la conservación y una de las investigadoras de la Universidad de Stanford.

“Pero, además, si Costa Rica quiere que el turismo siga siendo una industria que genera muchos trabajos, que genera a la economía, es importante que invierta en conservación y en inversiones sostenibles de infraestructura.

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Según la investigadora, hay lugares como Palo Verde o Lomas Barbudal, donde el turismo sería mucho menor si no hubiera biodiversidad, pero también, en otros, como el Parque La Amistad, el turismo sería mayor si hubiera más infraestructura.

Los investigadores aclaran que no se refieren a que deban construirse grandes hoteles que puedan poner en riesgo la biodiversidad o la relación de las especies en los ecosistemas; más bien, los pequeños hoteles familiares o quienes apuestan por lo natural y ecológico como los ecolodge son ideales en esta situación.

“Nos da nuevas fuentes de información sobre Costa Rica que nosotros ni siquiera hemos explorado. Son personas que comparten sus imágenes y experiencias, para, con esto, motivar a las personas a venir y a crear sus experiencias”, detalló Rafael Monge, Director Centro Nacional de Información Geoambiental del Minae y uno de los investigadores.

Los resultados, publicados este mes en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), son parte de una investigación que involucra a otras instituciones nacionales y que también ve otros rubros de importancia ambiental, como la polinización y la sedimentación. El primero se refiere a cuando el polen pasa del estambre de una planta (órgano reproductor masculino) a los pistilos (órgano reproductor femenino) y esto motiva la reproducción y diseminación de las plantas. La sedimentación, por su parte, es un proceso en el cual los sedimentos se depositan en superficies.

Así influyen ecología y infraestructura en turismo

Estos mapas muestran que el turismo es mayor donde hay tanto biodversidad como infraestructura. El estudio indica que debe hacerse un balance.

FUENTE: PNAS    || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

Información de satélites y de redes

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¿Cómo se detallaron los resultados del estudio? Hubo tres fuentes principales: la información satelital de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), fotografías subidas a la red Flickr por parte de visitantes, donde se da la localización, y la plataforma de observadores de aves eBird, donde muchos fanáticos de la observación de aves comparten sus impresiones de cada lugar que visitan.

Jeffrey Smith, investigador en Biología de la Universidad de Stanford y uno de los autores principales, explicó la función de la información satelital. Según dijo a La Nación, las ciudades no son solo una “mole de concreto” y tienen espacios aptos para la convivencia de mucha biodiversidad. Los satélites permiten una resolución de espacios de 30 metros y no de kilómetros. Esto facilita incluso ver árboles individuales y los pequeños parques que hay en los barrios, que también dan biodiversidad y motivan a los turistas.

Asimismo, como la información satelital se actualiza cada año, esto posibilitará a las autoridades costarricenses ver cómo cambian los usos de suelo y saber cómo esto podría afectar al turismo.

Para Echeverri, la información que los turistas dan a través de las plataformas de Flickr e eBird es muy diferente de la que pueden dar en una encuesta, y puede completarse con los estudios de encuestas.

“Las listas de eBird nos cuentan adónde está yendo la gente, qué ve. Son datos espaciales, georeferenciados. Es una forma de sacar la demanda y saber dónde están. Una encuesta en un aeropuerto me da una información útil, pero no tengo las coordenadas de dónde se estuvo caminando o apreciando la biodiversidad y tenemos datos a nivel de todo el país”, señaló la científica.

Smith complementó diciendo que esta metodología les permitió ver la diferencia entre el ecoturismo en general y el de observación de aves. Por ejemplo, los observadores de aves no van tanto a las playas. Además, ellos prefieren buscar lugares donde habiten pájaros más difíciles de encontrar o que estén amenazados de extinción, que pueden no ser comunes en los países donde viven.

La NASA también tuvo otro papel, pues fue la que brindó financiamiento para las pesquisas.

Poner en práctica la evidencia

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Stanford escogió Costa Rica porque, según Echeverri, nuestro país tiene una agenda ambiental muy fuerte y se vende como un país que invierte en la conservación y la biodiversidad. Pero, además, querían evaluar cuán importante es la biodiversidad en el ecoturismo y qué rol juega.

Monge añadió que la propuesta de Stanford es iniciar con Costa Rica para afinar un modelo de análisis para todo el mundo.

“Para nosotros la industria del turismo es muy importante y los hallazgos son muy relevantes, nos permiten utilizar estas fuentes de información para tomar decisiones”, indicó.

También es monitoreo ambiental para ver, por ejemplo, cómo funciona el pago por servicios ambientales de los ecosistemas. El Minae y el BCCR están trabajando para hacer un programa de contabilidad ambiental nacional según el Sistema de Contabilidad Ambiental Económica Integrada (Scaei) de Naciones Unidas para ver cómo los ecosistemas generan flujos y aportes de la economía.

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Sin embargo, los desafíos son muchos. Reportajes anteriores de La Nación han dado cuenta de que la infraestructura es una de las principales deudas. En los parques nacionales, por ejemplo, de las 47 atracciones naturales hay 37 sin restaurante, sodas u otros sitios para comprar alimentos y bebidas. En 39 no existe ni centro de visitantes, ni tienda oficial para venta de recuerdos u otros artículos. Además, apenas cinco tienen planta para tratamiento de aguas residuales, pues todas las demás todavía poseen tanques sépticos.

En 34 de estos espacios, los senderos incumplen la Ley Nº 7600 de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, por lo que un turista con dificultades para movilizarse tiene negado el disfrute de tales sitios por una infraestructura deficiente.

A esto se le agrega que se requiere de una coordinación de varias instituciones para concatenar esfuerzos para la infraestructura de los parques, pero también de las carreteras y caminos vecinales, y de la disponibilidad de hoteles.

“Es un reto porque ahorita los datos son muy escasos a nivel institucional en todas las áreas de gobierno y tenemos que ver cómo usar esos recursos para invertir y potenciar el desarrollo de esas infraestructuras”, manifestó Monge.

Sin embargo, los datos también dejan ver algo más.

“Proteger la naturaleza no solo beneficia al turismo, esto viene en varias direcciones. En La Amistad la visitación turística es poca, tal vez no hay mucha infraestructura, pero el tener tanta biodiversidad beneficia la vida de las diferentes especies”, concluyó Smith.