Maestro aprovecha cámaras colocadas en nidos para enseñar sobre lapa roja

Estudiantes de la Escuela de Quebrada Ganado, en Tárcoles de Puntarenas, siguieron proceso de anidamiento

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Con un certamen de dibujo y un mural, los alumnos de la Escuela de Quebrada Ganado, ubicada en Tárcoles de Puntarenas, demostraron lo mucho que aprendieron sobre la lapa roja (Ara macao) gracias a cuatro cámaras colocadas en los nidos.

LEA: Cámaras ayudarán a monitorear nidos de lapas rojas

A través de Internet, los niños pudieron seguir el proceso de anidación de esta especie de ave que está emparentada a loros y guacamayas, la cual estuvo a punto de desaparecer en el país, en los años 90, debido al robo de pichones para venderlos como mascotas.

De esta manera, unos 50 estudiantes de cuarto, quinto y sexto grado observaron desde cómo la pareja de lapas selecciona el nido y lo preparan hasta que ponen el huevo, lo cuidan y este eclosiona. También pudieron ver el crecimiento de pichones hasta que estos, luego de 75 días, abandonaron el nido y se trasladaron con sus padres al manglar de Guacalillo.

"El último pichón se fue hace un mes. En total, este año, cinco pichones salieron de los cuatro nidos", explicó Christopher Vaughan, biólogo del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre (ICOMVIS) de la Universidad Nacional, quien -junto a su equipo- instaló cuatro cámaras en enero del 2016. Estas se colocaron en nidos ubicados en tres árboles (un ceibo, un gallinazo y un guayabón) que se encuentran dentro de las instalaciones del hotel Punta Leona.

El propósito de Vaughan responde a un interés científico. Desde hace 25 años, él estudia el proceso de anidación de la lapa roja y las cámaras le permiten ver la competencia por nidos, ya que muchas veces las lapas deben pelear con tucanes y martillas por estos.

También puede seguir el proceso de incubación que ocurre entre diciembre y febrero, el nacimiento del pichón y cómo se alimenta, entre otras fases de su ciclo de vida.

Este año, y en conjunto con la administración de Punta Leona, se decidió compartir la señal de una de las cámaras, la ubicada en el guayabón, para que el público pudiera apreciar este espectáculo de la naturaleza.

Así fue como el maestro Humberto Solórzano y sus estudiantes aprovecharon el recurso tecnológico para aprender más sobre esta especie. En las computadoras de la escuela, en la casa y hasta en los celulares de sus padres, los niños se identificaron con esa pareja emplumada en su afán por ser padres.

"Ellos siempre han vivido con esta especie, porque la lapa roja se mueve por esta zona, pero esta vez tuvimos la oportunidad de verla en otra faceta. Es que uno no siempre tiene la posibilidad de ver a estas aves en su nido", dijo Solórzano.

El maestro asocia el tema de las lapas con los contenidos de ciencias (conocimiento de la especie y su historia natural) y matemáticas (toma de datos y relación entre fechas y etapas del ciclo reproductivo).

Como parte del proyecto, los niños visitaron Punta Leona para conocer a los pichones que solo conocían a través de las cámaras. Allí los recibió uno de los colaboradores de Vaughan, Wilberth Vargas, quien antes robaba pichones y ahora apoya los esfuerzos de conservación.

"No queríamos que la visita fuera solo a ver lapas, entonces este señor -con toda su experiencia- expuso a los estudiantes a la problemática ambiental alrededor de las lapas. Y pues sí, con todos los cuidados, se bajó un pichón para que ellos lo observaran, porque una cosa es verlo a través de una pantalla y otra es verlo en vivo", comentó Solórzano.

La última fase del proyecto, que cerró la semana pasada, consistió en expresar todo ese conocimiento de forma creativa. Para ello, se organizó un certamen de dibujo y los niños participarán en la elaboración de un mural.

Educación ambiental

Esta experiencia en el uso de las cámaras con fines de educación ambiental da seguimiento a una labor que inició en 1995, cuando Vaughan y personeros de Punta Leona contactaron a Solórzano y Lizbeth Mora (actual directora de la escuela) para trabajar en un programa de concientización.

Como producto de esa labor se publicó un libro de colorear que, desde entonces, es utilizado por Solórzano en sus clases.

"Imagínese que ahora doy clases a los hijos de esos primeros estudiantes que utilizaron el libro", dijo el maestro y agregó: "Viera que sí hemos podido observar el cambio de generación en generación y ahora podemos decir que la especie está en recuperación. Fíjese que las personas que antes eran laperos ahora se conviertieron en colaboradores del proyecto".

Ampliar el proyecto

Gracias al apoyo de la directora, el proyecto tendrá una segunda edición el próximo año en la Escuela de Quebrada Ganado.

Sin embargo, y según Solórzano, se aspira a extenderlo al resto de las escuelas del circuito de Aguirre. Para ello, ya están en conversaciones con personeros del Ministerio de Educación Pública (MEP).

"Con el éxito del proyecto en Quebrada Ganado con las cámaras y los libros de colorear, así como el hecho de que la lapa roja está ampliando su distribución gracias al manejo in situ (conservación), sería bonito incluir más escuelas en el 2018. ¿No le parece?", dijo Vaughan de forma entusiasta.