Jóvenes destinaron domingo a cambiar ‘cara’ del María Aguilar

Con guantes y bolsas intervinieron cauce al norte del parque de la Paz

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Este domingo amaneció oscuro. El cielo de abril cedió su azul al gris, incluso llovió en algunos lugares de la capital.

¿Quién va a querer salir de la cama con el clima así? Pues Steve Calvo osó dedicar su día de descanso para ir, junto con otros 49 jóvenes, a recoger basura en las márgenes del río María Aguilar, en el sector norte del parque de La Paz, en San José.

De verdad, ¿qué lo hace a uno mover un dedo en domingo? “El compromiso con el ambiente. El nivel de contaminación del río María Aguilar lo hace a uno moverse y decir: ‘diay sí, démosle. No importa si mañana tengo examen’”, dijo el joven mientras se ajustaba uno de los guantes.

Calvo es vecino de San Sebastián y ya no pudo conocer el río cercano a su casa, tal como lo vio su padre de joven.

“Mi papá me cuenta que, cuando tenía como 15 años, se iba al río a nadar con los primillos. Yo siempre le digo: ‘¿cuál río? ¿En serio se podía nadar?’. Y sí, hace 30 años se podía nadar”, comentó.

Salvando un río. La jornada de limpieza, llamada Manos unidas por el María Aguilar, fue iniciativa del Ecology Project International (EPI) y su club de ecología Sebalí Eco-Tsurí, en coordinación con el Corredor Biológico María Aguilar, de la Municipalidad de San José (MSJ), y el Programa Bandera Azul Ecológica, del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).

Asimismo, las empresas Pequeño Mundo, La Periférica, panaderías Pan por Kilo, Grupo Britt, Jumex y Reckitt Benckiser colaboraron con la alimentación y el equipo de protección de los voluntarios.

De esta forma, los jóvenes se sumaron a otros muchachos en el mundo para celebrar el Día Global del Voluntariado Juvenil .

“La verdad es que el mundo ya está en manos de los jóvenes y ellos tienen el poder de cambiarlo sin esperar a ser adultos. Esta jornada es ejemplo de eso: jóvenes cambiándole la cara a un río tan sucio como el María Aguilar y ojalá puedan verlo limpio en término de dos generaciones”, dijo Miguel Fuentes, director de EPI.

La cuenca del río María Aguilar mide 45 kilómetros, nace en el cantón de La Unión y se une al río Virilla en Alajuelita.

Al igual que el resto de los ríos urbanos, el María Aguilar presenta altos niveles de contaminación debido a la descarga de aguas residuales sin tratar y residuos sólidos.

Ante esta problemática, Bandera Azul Ecológica creó una categoría de microcuencas.

“Lo que se pretende es apoyar a las comunidades organizadas en pro de la conservación y mejoramiento de la calidad de agua de nuestros ríos. Se apoyan jornadas de limpieza y reforestación así como campañas de sensibilización”, explicó Jesús Vega, biólogo del Laboratorio Nacional de Aguas del AyA.

Devolverle la salud al María Aguilar requiere del esfuerzo coordinado de instituciones, municipalidades y vecinos. La solución requiere una visión de cuenca, ya que lo que pase río arriba afecta río abajo.

“Trabajar en función de cuenca requiere un esfuerzo más macro, pero también se necesitan esfuerzos micros, es decir, segmentar la cuenca en transectos. Si sumamos todas las iniciativas de cada uno de esos transectos, obviamente vamos a mejorar la cuenca”, señaló Vega.

Para el biólogo de AyA, un ejemplo de trabajo de transecto con visión de cuenca es el realizado por el Corredor Biológico María Aguilar de la MSJ.

Según José Pérez, funcionario de la MSJ, el programa trabaja con escuelas y colegios para que los estudiantes sean los agentes de cambio en sus casas y comunidad.

Para librar al río de los residuos sólidos, lo primero es darle a estos un valor de reutilización y reciclaje. Por eso se imparten talleres de papel reciclado y compostaje para realizar abono con los residuos orgánicos.

“Todo enfocado a la reutilización de materiales, que se van a la basura y podrían ser aprovechados”, manifestó Pérez.

Asimismo, se apoya a los estudiantes en la creación de huertas y jardines de mariposas como espacios verdes que conectan unos con otros para crear así un corredor biológico para las especies.

Eso en lo micro; pero en lo macro, la MSJ forma parte de una comisión interinstitucional que ve al María Aguilar como una cuenca hidrográfica.

Según Pérez, esta iniciativa pretende sumar a los cinco cantones que tienen injerencia en esta cuenca: La Unión, Curridabat, Montes de Oca, San José y Alajuelita.

Una de las ideas es declarar a este como un corredor interurbano dentro del Programa Nacional de Corredores Biológicos.

“Esto para que haya un enlace con otros corredores como La Carpintera y los cerros de Escazú, para así unir esfuerzos tanto en pro de las zonas verdes como de las zonas urbanas”, dijo Pérez.

Empezar por lo poco. Jocelyn Arguedas es oriunda de Guápiles, pero vive en San Pedro de Montes de Oca.

“La idea es seguir siendo parte del movimiento, no es solo participar una vez y ya. Cuando uno se involucra, está pasando de las palabras a la acción”, declaró.

“Muchos adultos y jóvenes pueden pensar: ‘¿qué cambio puedo hacer recogiendo mi basura?’. Se trata de empezar por lo poco para llegar a lo mucho y hay que creérsela. Uno tiene que convencerse de que lo que está haciendo realmente está generando un impacto”, dijo Arguedas.

Nadie expresó que cambiar el mundo sería fácil y, sin embargo, ayer 50 jóvenes decidieron dedicar su domingo a ello.

A veces, el mundo se reduce a un río y la humanidad a una persona. Solo se requiere un poco de osadía para levantarse y atreverse a generar el cambio.