Impacto sobre ‘capital natural’ pesaría en aval a construcciones

Recursos naturales serían considerados dentro del producto interno bruto (PIB)

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El costo de la degradación ambiental que conllevaría el desarrollo de proyectos como marinas, residenciales o parques industriales, sería tomado en cuenta en los estudios de impacto ambiental si prospera un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa.

El objetivo es otorgar la autorización o viabilidad a un proyecto a partir de la riqueza o el costo que este genere.

Lo anterior implicaría incorporar el llamado capital natural (aguas, suelo y biodiversidad) en los criterios para autorizar los estudios de impacto ambiental, responsabilidad de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena).

La iniciativa se llama Ley para la Valoración del Capital Natural e Integración de la Contabilidad Verde en la Planificación para el Desarrollo (expediente N.º 18.996).

El documento está en estudio en la Comisión Especial de Ambiente, de la Asamblea Legislativa.

Según plantea el proyecto de ley, impulsado por el exdiputado Alfonso Pérez, para lograr lo anterior se debe reformar el artículo 17 bis a la Ley Orgánica del Ambiente.

Con ello, y según Pérez, el país contaría con una herramienta adicional para ayudar en la toma de decisiones.

“Cuando nos preguntan cuánto vale la riqueza de Costa Rica frente al producto interno bruto (PIB), nadie sabe. Como diputados, cuando nos dicen que hay que hacer una marina o un muelle, ¿qué vale más, la cantidad de compras en las ferreterías y fábricas de cemento, el transporte, la mano de obra y los impuestos a recaudar con el proyecto o la contribución de los ecosistemas al turismo, la captura de carbono o la pesca gracias a la protección de especies comerciales?

”Aunque se siga el procedimiento de Setena, aún no tenemos una valoración real que nos permita decidir”, dijo Pérez.

Cuentas verdes. Para que este proyecto de ley tenga lógica y pueda ser aplicado, Costa Rica debe construir cuentas ambientales y económicas integradas.

Esto tiene el objetivo de medir cómo los servicios ambientales contribuyen a la generación de riqueza, la cual se expresa en el PIB.

De esta manera, el país podrá comprender cuál es la contribución de los recursos naturales a su economía y los costos que acarrea la degradación del ambiente.

Eso es lo que busca la Alianza Mundial de la Contabilidad de la Riqueza y Valoración de los Servicios de los Ecosistemas ( WAVES ) del Banco Mundial.

Costa Rica es parte del proyecto piloto que pretende construir dos cuentas verdes: una en agua y otra en bosques.

En el 2015, se trabajará en una cuenta experimental de ecosistemas que incluirá los servicios ambientales por captura y fijación de carbono, así como biodiversidad.

Para Luis Rivera, representante de WAVES en Costa Rica, el nuevo esquema mundial de economía verde contabiliza la riqueza a partir del capital físico (infraestructura y equipo), el capital intangible (educación, salud e institucionalidad) y el capital natural (agua, suelos y biodiversidad).

“Si no hay una buena valoración monetaria de los activos naturales, vamos a tener una subvaloración de los ecosistemas y vamos a poner en riesgo de sobreexplotación esos recursos. Se necesita una contabilidad de los servicios ecosistémicos que sea directa, que sean capitalizables de forma explícita”, comentó Rivera.

En un ejercicio realizado a finales de los años 80 en Costa Rica, un estudio del World Resources Institute (WRI) y el Centro Científico Tropical (CCT) calculó una pérdida del 6% del PIB por causa de la degradación del ambiente.

Impacto ambiental. De aprobarse esta ley, los estudios de impacto ambiental deberán incluir obligatoriamente un análisis de los beneficios ecosistémicos y un cálculo del porcentaje sobre el PIB del desarrollo sometido a Setena, así como el consiguiente impacto económico de dicho desarrollo sobre el PIB.

El costo de esos análisis correría por cuenta del desarrollador. “Para compensarlos por el costo adicional, lo que estoy proponiendo es que esa información que estará generando el Banco Central –asesorado por el Banco Mundial– sea gratuita”, dijo Pérez.

Para Bernardo Aguilar, director de Fundación Neotrópica, esto encamina al país hacia la valoración del daño ecológico como un costo para el país.

Según Rivera, ya existen empresas multinacionales que están incorporando la valoración del capital natural en sus operaciones financieras y en sus auditorías.

Un ejemplo es la Coalición del Capital Natural , una plataforma multidisciplinaria y global que apoya el desarrollo de métodos para la valoración del capital natural y social en los negocios.

De hecho, el Protocolo de Capital Natural –iniciativa del International Finance Corporation (IFC) y el Banco Mundial con fondos de la Fundación Gordon y Betty Moore– busca establecer una metodología para medir estos activos naturales, su interacción con los negocios privados y su relación con las decisiones de inversión tanto públicas como privadas.

Para Usha Rao-Monari, del IFC, la idea es poder responder: ¿cuánto vale tener agua y aire limpio?