Los incendios forestales consumieron 1.050 hectáreas de Áreas Silvestres Protegidas (ASP) en el primer trimestre del año; un aumento de 87% respecto al mismo lapso del 2017, cuando fueron 559; indican datos del Programa Nacional de Manejo del Fuego.
Esa dependencia del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) atribuyó esta destrucción a 47 incendios reportados entre el 1.° de enero y este 18 de abril en estos espacios de protección y conservación de la diversidad.
La entidad confirmó que todos estos incendios en zonas protegidas los causó la acción humana, principalmente por quemas agrícolas, de pasto y otras provocadas intencionalmente.
El ritmo de destrucción genera inquietud por la cantidad de incendios atendidos y hectáreas afectadas a esta fecha en comparación a la temporada anterior y el registro final al cierre de la temporada 2017 que alcanzó las 1.172 hectáreas.
Las 1.050 hectáreas ya perdidas auguran que los daños crecerán más, pues aún queda por delante una semana de abril y todo el mes de mayo, cuando los registros históricos hablan de un incremento en los incendios y en la afectación, precisó la entidad en un comunicado.
Las ASP en la región Pacífico Chorotega son las más castigadas por los incendios, ya que acumulan hasta hoy 708 hectáreas del total (67%) en 21 incendios atendidos en esta zona durante esta temporada seca.
En la Región Pacífico Central se han atendido hasta el momento 15 incendios forestales en ÁSP afectación de 305 hectáreas, que representan el 29% del total. En tercer lugar sigue la Región Central con cinco incendios forestales y 31 hectáreas arrasadas (3%).
Luis Diego Román Madriz, coordinador del Programa, cree que el daño se agravará más en próximas semanas dadas las actuales condiciones secas de la vegetación, vientos, altas temperaturas y baja humedad relativa. Las zonas más propensas serían las regiones Chorotega y Huetar Norte.
Aparte de estas condiciones, Román Madriz también atribuyó el repunte de los daños a actos de negligencia o premeditación, por lo cual llamó a la población para que se abstenga de realizar cualquier tipo quema (en particular en cañales) que se pueden salir de control y convertirse fácilmente en incendios.
El llamado, advirtió, es aún más urgente porque en el país "aún restan las semanas más críticas, por lo cual se solicita extremar las medidas de protección".
Los daños este 2018 interrumpen así la tendencia hacia la baja que se mantuvo hasta el 2017, cuando hubo 1.172 hectáreas, frente a las 6.317 del 2016 y otras 4.534 en el 2015.