Gracias al esfuerzo de reciclaje que realizan 321 escuelas públicas y privadas, hoy 4.350 estudiantes en todo el país reciben clases en un pupitre reciclado.
Los centros educativos funcionan como centros de acopio para envases tetrapak , los cuales se envían a la planta de reciclaje de Dos Pinos en El Coyol de Alajuela.
Cada tonelada de envases que se recicla evita la tala de 18 árboles, eso quiere decir que esos 4.350 pupitres salvaron 3.132 árboles.
Este es uno de los resultados del programa “Un pupitre para tu escuela”, iniciativa que relanzó Dos Pinos con el apoyo del Ministerio de Educación (MEP) y el Ministerio de Justicia y Paz.
“De poquito en poquito se nos muere el ambiente, pero una pequeña acción también hace un gran cambio”, comentó el ministro de Educación, Leonardo Garnier.
Entre 2010 y 2013, la planta de reciclaje procesó 174 toneladas de tetrapak que incluye el tetrabrik y el tetraprisma. “Deseamos sobrepasar esa cifra y la mejor forma de hacerlo es a través de los niños que son los mejores motivadores”, dijo Jorge Pattoni, gerente de Dos Pinos.
Ejemplo. En la escuela de Villa Bonita de Alajuela, los pupitres ecológicos llevan nombre de niño o niña. De hecho, estos son bautizados en honor a su dueño, ya que el estudiante que más envases recoge se le premia con un pupitre que mantiene hasta sexto grado.
“En parte, se genera una competencia que los motiva a reciclar y se promueve una conciencia ambiental. Antes, la gente tiraba la basura en la acequia y eso mejoró muchísimo”, comentó el director de la institución, William Badilla.
La escuela de Villa Bonita está entre los líderes. En dos años, sus 867 alumnos recuperaron 5.317 kilogramos. Por cada 40 kilogramos, se les regala un escritorio. De esta forma, ya cuenta con 132 pupitres.
“El inmobiliario siempre es una necesidad en todas las escuelas. Gracias al programa, se ha solventado ese problema. Más bien, tenemos pupitres en reserva para los niños que vienen”, señaló Badilla.
La escuela República de Bolivia, en Santa María de Dota, es otro ejemplo. Sus 500 estudiantes recolectaron 6.320 kilogramos, los cuales se tradujeron en 158 pupitres.
Oportunidad. Los pupitres son confeccionados por 15 privados de libertad, quienes recibieron capacitación para manipular el material.
Ellos, a cambio, reciben un incentivo para ayudar a sus familias y descuentan un día de pena por cada dos días dedicados a esta labor.
“En estos tres años del programa, el monto por incentivo supera los ¢13,5 millones”, destacó el ministro de Justicia y Paz, Fernando Ferraro, en un comunicado.
Para Lilliana Rivera, viceministra de Justicia, el programa también les da una oportunidad para trabajar y aprender un oficio. De hecho, el número de participantes se ampliará cuando se hagan otros muebles como bibliotecas.