Ímpetu llevó a joven limonense a codearse con científicos de Estados Unidos

Jam Angulo tiene 17 años y vive en Los Lirios, en el centro de la provincia

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Con un brillo especial en los ojos, Jam Angulo Paniagua narra sus vivencias en el Campamento Nacional Juvenil de Ciencia (National Youth Science Camp, NYSC) en West Virginia, Estados Unidos.

El joven, de solo 17 años y vecino de Los Lirios (centro de Limón), fue seleccionado por la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica para asistir a este prestigioso evento.

Durante un mes, el limonense compartió con otros 121 jóvenes, en su mayoría estadounidenses, sobre temas vanguardistas sobre ciencia y tecnología al más alto nivel.

“Lo que más valoro es que conseguí conocimientos en temas en los que no estaba tan enterado como bioética, economía y políticas de la ciencia”, relató Paniagua.

Para llegar a este sitio tuvo que pasar por una etapa de selección junto a otros jóvenes costarricenses, presentar un resumen de logros académicos, un informe de calificaciones y un ensayo en inglés sobre el impacto de la ciencia en la sociedad.

“Al final tuvimos que ir a una entrevista en la Embajada de Estados Unidos y de allí salimos dos seleccionados: yo y otro compañero del Colegio Científico de Alajuela”.

Sus jornadas regulares en Estados Unidos incluyeron atender dos conferencias al día de diversos temas, participar en prácticas experimentales y también actividades físicas como senderismo, escalada en roca y bicicleta de montaña.

Su discurso es claro y refleja una madurez poco común con la de otros muchachos de su edad.

“Estudiar en el exterior sigue siendo mi meta; mi objetivo es iniciar en Costa Rica y conseguir una especialización en el extranjero”, comentó en referencia a sus aspiraciones académicas.

“Luego, quiero volver y devolverle al país lo que me ha dado”.

Vulnerabilidad. Sin embargo, el camino hacia el triunfo en la vida requiere fuerza para imponerse sobre distracciones en su entorno.

Él vive junto a su familia en Los Lirios, uno de los barrios más vulnerables del cantón de Limón, el tipo de sitio donde las familias tienen que lidiar con las amenazas del crimen, la drogas y el abandono material que afronta la mayor parte de la comunidad limonense.

“No es el mejor barrio obviamente; hay muchos jóvenes que han caído en diferentes vicios o vandalismo. Ese tipo de cosas están muy a la mano, pero yo siempre he tratado de mantenerme muy centrado en lo que quiero”, enfatiza.

Con determinación, no obstante, afirma que lo importante es distinguir entre el bien y el mal.

“Nunca he tenido miedo de soñar y de marcar mis objetivos; siempre he tratado de luchar por lo que me he tratado de plantear”.

Yorleny Paniagua, su madre, recordó que, desde pequeño, su hijo ha tenido un interés marcado por el estudio y ellos solo lo han apoyado.

“Tanto mi esposo como yo estamos muy orgullosos de él”, sentenció esta ama de casa.

Desvelos. Los sacrificios personales, sin embargo, han estado siempre a la orden del día.

No obstante, las noches en vela para poder estudiar y el poco tiempo dedicado a salir con su familia y amigos han sido más visibles dentro de la lista personal del joven.

“En una semana normal me desvelo al menos dos noches porque la exigencia es alta”, detalló.

El siguiente escalón en el camino de Jam es ingresar a la Universidad de Costa Rica, donde espera estudiar ingeniería eléctrica.

De paso, invita a jóvenes de sitios rurales a seguir estudiando.

“Independientemente de las dificultades, uno tiene que aprender a soñar y creer en uno mismo. Tarde o temprano se recogen los frutos del esfuerzo”, concluyó.