El cerebro sí está en capacidad de aprender a hablar de nuevo

Una científica dice que es cuestión de entrenarlo para que haya flujo sanguíneo

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Boston. Sabemos mucho más del cosmos que lo que sabemos de nuestro propio cerebro, y, por ello, cada vez más investigadores dedican su vida a descifrar sus misterios. Uno de ellos es Cynthia Thompson de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos), quien estudia los accidentes cerebrovasculares y los daños cerebrales.

Una de sus últimas investigaciones se vincula con la recuperación del habla después de un derrame. A esta condición se la llama afasia , y consiste en un trastorno causado por lesiones en las partes del cerebro que controlan el lenguaje. Padecerlo puede dificultar la lectura, la escritura y el expresar lo que se desea decir.

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos, aparte de los derrames, otras causas pueden ser tumores cerebrales, infecciones, lesiones y demencia.

La afasia es más común de lo que se piensa. De hecho, se calcula que un millón de estadounidenses la padecen. Se ha afectado así su capacidad para comprender o generar lenguaje hablado o escrito. En Costa Rica aún no hay estadísticas.

“No hace mucho tiempo, se creía que, tras un accidente cerebrovascular, solo se podía recuperar el lenguaje entre tres meses y 12 meses después, pero hoy sabemos que, con el entrenamiento adecuado, los pacientes pueden obtener los beneficios”, dijo Thompson en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS).

En sus análisis, Thompson descubrió que un accidente cerebrovascular no solo causa la muerte celular en ciertas regiones del cerebro, sino que también disminuye el flujo sanguíneo a las célula vivas que están adyacentes a la lesión, e incluso a veces a las distantes.

A este último proceso se lo conoce como perfusión, y consiste en introducir lenta y continuamente la sangre en el interior de órganos, cavidades o conductos del cerebro.

Entonces, los científicos van tras la búsqueda de cómo pasar de esa debilidad a un mejor flujo sanguíneo.

Según Thompson, en esas condiciones, siempre “es cosa de usar el cerebro o perderlo”; y esto es algo que también se aplica a las personas sanas.

Cuestión de entrenarlo. La investigadora detalla que la enseñanza de idiomas, por ejemplo, que se centra en los principios de procesamiento del lenguaje normal, estimula precisamente la recuperación de las redes neuronales necesarias para apoyar la recuperación.

La música podría ser otra forma de lograrlo pues estimula ciertas regiones de nuestro cerebro.

“Estudiar música cambia el cerebro. Esta es quizá una de las formas más espectaculares de estudiar la plasticidad de este órgano”, dijo en su ponencia el neurocientífico Daniel Levitin, de la Universidad de McGill (Canadá).

Levitin asegura que aprender cualquier cosa cambia el cerebro. “Esa es la esencia del aprendizaje”, añadió el científico. Tras estos análisis pioneros realizados por Cynthia Thompson a partir de resonancias magnéticas, esta científica se muestra muy optimista.

“El cerebro tiene la capacidad de aprender y de volver a aprender durante toda la vida. Estas habilidades se ven directamente impactadas por las actividades en las que lo se lo pone a participar”, concluyó Thompson.