Por qué China endurece su posición ante las criptomonedas

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La cotización de las criptomonedas fluctuó en las últimas semanas como consecuencia de un endurecimiento de la posición de las autoridades chinas ante el minado y los intercambios de estos activos digitales, muy populares en el país.

El lunes, el bitcoin perdía nuevamente cerca del 9% a las 10H30 GMT, después de que Pekín decidiera cortar la corriente a las empresas especializadas en el minado de esta moneda virtual, ubicadas en la provincia de Sichuan (sudoeste).

Los especialistas se preguntan por qué China actúa así, y las consecuencias de ello para el mercado.

La necesidad de control del gobierno chino sobre el sistema financiero se ha reforzado a medida de que éste ganaba en importancia.

Las criptomonedas, y en especial el bitcoin, representan un desafío para Pekín, dada la imposibilidad para el banco central de seguir los movimientos de dinero que pasan por esos activos.

Para "prevenir y controlar los riesgos financieros" la autoridades decidieron prohibir los intercambios de criptomonedas en el país. Según analistas, China teme un aumento de inversiones ilícitas y de captaciones de fondos, en momentos en que sus autoridades intentan controlar los flujos de capitales.

"China no tiene un mercado de capitales abierto, y las criptomonedas permiten esquivar esta situación, lo que es inaceptable para las autoridades" opina Jeffrey Halley, analista para Asia de Oanda, empresa especializada en intercambios internacionales.

El endurecimiento ante las criptomonedas permite además a China introducir su propia moneda virtual, un proyecto en el que el banco central trabaja desde 2014, y que permitirá al gobierno controlar mejor los intercambios.

Aunque la creación y los intercambios de criptomonedas son ilegales en China desde 2019, las recientes acciones de sus autoridades van a conducir a un importante sector de minado a cerrar sus actividades.

Hoy, cerca del 80% de los intercambios de bitcoins se gestionan a través de centros de datos instalados en China, que consumen mucha energía.

El acceso a material y a energía muy barata ha favorecido la emergencia de empresas especializadas en los intercambios, pero también en la creación de nuevos activos de criptomonedas, una operación que requiere gran potencia de cálculo y fuerte gasto de energía.

Una parte importante de la industria se alimenta de electricidad de centrales que funcionan con lignito, un carbón muy contaminante, lo que podría impedir a China alcanzar sus objetivos climáticos, lo que en parte explica su reacción.

Según el índice de consumo eléctrico del bitcoin, publicado por la universidad británica de Cambridge, el minado de monedas virtuales debería consumir 0,6% de la electricidad mundial en 2021, el equivalente del consumo de Noruega.

En el mes de marzo, China lanzó la fase de tests de su yuan digital. Esta moneda virtual le permitiría a Pekín realizar transacciones internacionales en su propia divisa, cuando el comercio mundial sigue hoy mayoritariamente realizado en dólares (en más del 80% des transacciones).

"El objetivo es que el yuan esté más disponible a nivel internacional, pero manteniendo al mismo tiempo un control total de la cotizacion de la moneda" explica Halley.

Varios países intentan lanzar su propia moneda virtual. El Banco central europeo debe decidir en estos próximos meses si lanza o no un euro virtual.

Pero para los especialistas, estas monedas de Estado difícilmente podrán competir con las criptomonedas existentes, cuyo atractivo viene precisamente de la ausencia de control de un Estado.

"El bitcoin es marginalmente un modo de pago, de momento, pero su ventaja principal es que no puede fácilmente ser incautado, ni prohibido, ni desvalorizado" subraya Leonhard Weese, cofundador de The Bitcoin Association, en Hong Kong.

ssy/apj/els/abx/me/mb