Nuevo golpe a libertad religiosa: Daniel Ortega prohíbe procesiones católicas

Las relaciones entre el clero y el gobierno son tensas desde el 2018, cuando los curas abrieron los templos para atender heridos en las protestas en contra del gobierno

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Managua. La Policía de Nicaragua, bajo las órdenes del mandatario, Daniel Ortega, prohibió a la Iglesia católica realizar procesiones religiosas en la ciudad de Masaya, por motivos de “seguridad pública” informó este sábado una fuente eclesial.

La Arquidiócesis de Managua, que preside el cardenal Leopoldo Brenes, anunció que la Policía le notificó que “por razones de seguridad pública no serán permitidas las procesiones en las festividades” de San Miguel Arcángel y de San Jerónimo que se celebra en Masaya, 30 kilómetros al sureste de la capital.

La festividad de San Miguel Arcángel, se realiza el 29 de setiembre y la de San Jerónimo, patrono de la ciudad, el 30 del mismo mes. La última celebración se extiende hasta noviembre, siendo una de las más extensas en el país.

Ante la medida policial, la Arquidiócesis que comprende la capital y ciudades vecinas de Masaya y Carazo invitó a los devotos y promesantes de los santos patronos a rendirles homenaje con la fe y devoción en sus corazones y con “la fuerza de la herencia ancestral en sus comunidades”.

Es la segunda vez que la Policía prohíbe a la Iglesia católica realizar una procesión. Antes lo hizo en ocasión del cierre del congreso mariano y el fin de la peregrinación de la imagen de la virgen de Fátima, el pasado 13 de agosto, ambos en la capital.

La Iglesia católica reanudó este año la realización de procesiones, después de dos años que las interrumpió por medidas de seguridad a causa de la pandemia de la covid-19.

En el 2018, Masaya fue considerada una ciudad rebelde por su rechazo a las medidas de fuerza contra manifestantes que protestaban contra una reforma a la seguridad social, y que derivó en un reclamo de renuncia al presidente Daniel Ortega, en el poder desde el 2007.

La prohibición de realizar actos religiosos en la vía pública se inscribe en las acciones emprendidas por el gobierno contra la Iglesia católica, que arreciaron en agosto con el arresto domiciliar, del obispo de la diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.

Las relaciones entre el clero y el gobierno son tensas desde el 2018, cuando los curas abrieron los templos para atender heridos en las protestas en contra del gobierno, que dejaron 355 muertos y cientos de heridos, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Ortega, un exguerrillero de 76 años, acusa a los religiosos de haberse coludido con sus opositores en un fallido golpe de Estado para derrocarlo con el apoyo de Estados Unidos.

El pasado 13 de setiembre, el diario La Prensade Nicaragua reportó que el régimen Ortega - Murillo, por medio de Migración y Extranjería, prohibió que el sacerdote católico Juan de Dios García ingresara a territorio de Nicaragua.

Según el medio, fuentes de la iglesia comentaron que “el padre estuvo dos meses de viaje en Estados Unidos y hoy le tocaba regresar a Nicaragua, pero le prohibieron embarcar por órdenes de Migración y Extranjería. El domingo le enviaron un correo y ayer otro confirmando”.

Al parecer, la salida de García se realizó con normalidad, pues iba de vacaciones donde familiares que viven en Miami. El clérigo es el vicario de la parroquia de Santo Cristo de Las Colinas, en Managua.

A pesar de lo anterior, recientemente el papa Francisco, líder de la Iglesia católica, aseguró que mantiene comunicación con la dictadura de Daniel Ortega y que “hay diálogo”.

“Las noticias son claras: hay diálogo. Se ha hablado con el gobierno, hay diálogo”, dijo el máximo representante de la Iglesia católica. “Esto no significa que apruebe todo lo que hace el gobierno ni que lo desapruebe todo, no. Hay diálogo porque existe la necesidad de resolver los problemas”, agregó.

La Agencia Católica de Informaciones (Aci Prensa) dio a conocer esta noticia, e indicó que las declaraciones se dieron durante una rueda de prensa en el vuelo de Kazajistán a Roma, cuando fue consultado por un mensaje para Nicaragua.