Este fue el motivo real de la renuncia de Benedicto XVI

Semanas antes de morir el papa emérito envió una carta a su biógrafo alemán donde explicaba los motivos. El documento fue revelado este viernes por el semanario alemán Focus.

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Ciudad del Vaticano. Semanas antes de morir el papa emérito Benedicto XVI, envió una carta a su biógrafo alemán, Peter Seewald, donde explicaba los motivos de su renuncia al ministerio papal en 2013, el documento fue revelado este viernes por el semanario alemán Focus.

La razón y el ‘motivo central’ fue el insomnio que lo acompañaba sin interrupción desde las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia, en agosto de 2005, meses después de haber sucedido a Juan Pablo II.

Su médico personal le recetó en ese entonces remedios potentes, que en un primer momento le permitieron mantener la carga de trabajo, pero según el papa emérito, los somníferos alcanzaron con el tiempo sus “límites”.

La toma de medicamentos habría originado además un incidente durante un viaje a México y Cuba en marzo de 2012.

La mañana consecutiva a la primera noche, Benedicto XVI constató que su pañuelo estaba totalmente empapado de sangre, según la carta citada por Focus. “Debí de golpearme por algún lado en el baño, y me caí”, escribió el Pontífice.

El doctor lo curó de tal forma que las heridas no fueran visibles, y un nuevo galeno personal insistió después del incidente en que se le redujeran los somníferos al Papa alemán. Igualmente, le aconsejó que solo se dejara ver por la mañana durante sus viajes al extranjero.

En la carta, Joseph Ratzinger dice ser consciente de que estas restricciones médicas “sólo eran sostenibles por un período corto de tiempo”. Esa constatación lo llevó a anunciar su dimisión en febrero de 2013, meses antes de las Jornadas Mundiales de la Juventud de Río de Janeiro, que no se veía capaz de “afrontar”.

De esa forma, dimitió lo suficientemente temprano para que su sucesor, el papa Francisco, pudiera cumplir con la visita a Brasil.

El papa emérito Benedicto XVI, que sorprendió al mundo con su renuncia, falleció el 31 de diciembre a los 95 años en el monasterio de los jardines vaticanos en los que vivía retirado.

Su pontificado estuvo marcado por numerosas crisis, como el escándalo Vatileaks en 2012, que dejó al descubierto una amplia red de corrupción en el Vaticano, o los casos de abusos sexuales a menores cometidos por religiosos en varios países del mundo.