Jair Bolsonaro encabeza una manifestación de motociclistas en Brasil

El mandatario busca volver a movilizar su base de seguidores más extremistas en momentos en que su popularidad está en el punto más bajo desde que llegó al poder en 2019

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Río de Janeiro. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó este domingo un cortejo de miles de motociclistas que se manifiestaron en las calles de Rio de Janeiro en apoyo a su gobierno, ocasionando aglomeraciones en plena pandemia.

En medio de numerosos agentes de seguridad, al desfile motorizado —retransmitido en directo por la cuenta de Facebook del presidente— lo acompañaron numerosos manifestantes que saludaban a lo largo del recorrido, con banderas de su país en mano.

Tras una media hora de trayecto, las motos se pararon unos minutos y Bolsonaro, con su casco pero sin mascarilla, se puso delante de su vehículo a saludar a la multitud.

---

Lo gritos de “¡Mito!”, el sobrenombre con el que los seguidores llaman al mandatario, se escucharon entre el rugido de los motores.

El cortejo partió del Parque Olímpico que acogió los Juegos Olímpicos de 2016 y durante una hora y media recorrió unos 40 km a lo largo de las playas de Río, principalmente las más turísticas, Ipanema y Copacabana.

A su llegada, en la playa Flamengo, cercana al centro de la ciudad, el mandatario se bajó de su motocicleta para dar un paseo entre los miles de manifestantes que lo esperaban. Les dio la mano y posó para fotos con los rostros descubiertos.

“Mi ejército nunca saldrá a la calle para obligarte a quedarte en casa”, dijo el jefe de Estado, durante un breve discurso en una plataforma.

“Sin ninguna evidencia científica, gobernadores y alcaldes han impuesto confinamiento o toque de queda (...) Estamos dispuestos a tomar todas las medidas necesarias para garantizar su libertad”, afirmó Bolsonaro ante sus seguidores.

El mandatario busca volver a movilizar su base de seguidores más extremistas en momentos en que su popularidad está en el punto más bajo desde que llegó al poder en 2019. Los últimos sondeos lo muestran como perdedor frente al expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en la elección presidencial del 2022.

Sancionado por incumplir medidas

A fines de abril, el presidente ultraderechista dijo que esperaba una señal de la gente para poner fin a las restricciones tomadas localmente por alcaldes y gobernadores para intentar frenar la propagación del virus SARS-CoV-2. Bolsonaro, incluso, insinuó que incluso podría desplegar al ejército.

Desde entonces, manifestaciones en favor de Bolsonaro han tenido lugar todos los fines de semana, sin cumplir ningún distanciamiento físico.

Hace una semana, el jefe de Estado llegó a caballo a una manifestación de agricultores en Brasilia.

Y el viernes, Bolsonaro fue sancionado por el gobierno de Maranhao por mezclarse en multitudes sin usar mascarilla, en una ceremonia de entrega de títulos de propiedad rural, cuando en ese estado el uso de barbijo es obligatorio y está prohibido organizar reuniones de más de 100 personas.

El monto de la multa se fijará después de que el presidente presente su defensa, para lo cual tiene unos 15 días.

Bolsonaro ha sido criticado por su manejo caótico de la pandemia, en un país donde el covid-19 ha matado a casi 450.000 personas.

Una comisión de investigación parlamentaria en el Senado fue activada hace tres semanas para revisar las "omisiones" del gobierno durante la crisis sanitaria y ha recibido abrumadores testimonios en sus primeras audiencias.

Durante la manifestación del domingo en Rio, el mandatario estuvo acompañado en el escenario por el exministro de Salud Eduardo Pazuello, acusado por muchos senadores de haber mentido esta semana ante esa comisión en un intento de minimizar la responsabilidad del Gobierno.