Ticos lejos del hogar: Una nicoyana en Playa del Carmen, el sitio soñado para vacacionar

Belsen Chamorro Muñoz vive desde hace dos años en ese paradisiaco lugar de Quintana Roo, en México, muy visitado por los costarricenses que van a Cancún

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Uno de los lugares favoritos de los costarricenses para pasar unas buenas vacaciones es Playa del Carmen, en el estado mexicano de Quintana Roo.

Quienes abordan un vuelo a Cancún, muchas veces optan por quedarse en ese paradisíaco sitio que está a 68 kilómetros de distancia, con tal de tomar el sol, disfrutar de la arena blanca y darse un baño en el mar turquesa.

Desde hace dos años vive frente a esa playa la costarricense Belsen Chamorro Muñoz; exactamente reside en la avenida Colosio.

Su esposo, un checo llamado Jindrich Stipek. Esta pareja se conoció en octubre del 2012 y desde enero del año siguiente viven juntos.

Tienen un hijo, de cuatro años y medio llamado igual que el papá.

Belsen es de Nicoya, Guanacaste, aunque desde los 14 años ha vivido en Heredia.

Salió de Costa Rica con su esposo en 2015. Los primeros dos años vivieron en Bávaro, República Dominicana, y luego se mudaron a Playa del Carmen.

¿Cómo es vivir en Playa del Carmen, donde muchos ticos quieren ir de vacaciones?

“Es muy lindo, me gusta mucho. Es un lugar tranquilo, pequeño, tiene muchas cosas para hacer con o sin hijos. El estilo de vida es relajado, se puede andar toda la playa en bicicleta, no hay presas, todo está cerca y, por supuesto, el mar es hermoso”, comenta Belsen.

Desde que se fue de Costa Rica, solo ha venido en dos ocasiones, para visitar a sus hermanos y amigos. Eso sí, no va a las playas ticas, sino que siempre se refugia en Heredia, donde sus familiares.

“Vivo en una playa y no quiero ver más mar”, responde entre risas.

Belsen dice que le fascina vivir en Playa del Carmen porque el estilo de vida es más relajado, pasa frente al mar todo el día y tiene cerca las pirámides de Chichén Itza, Tulum y Cobá.

Esta costarricense desarrolla un emprendimiento en el lugar donde vive. Vende pasteles y cupcakes libres de gluten y soya. También los hace veganos.

Aunque por el momento no está en sus planes regresar a Costa Rica, Belsen no duda en decir que le encantaría hacerlo.

“De Costa Rica extraño cosas tan simples que estando allá no nos damos cuenta que somos muy afortunados de tenerlas, como por ejemplo el agua; en México no se recomienda tomar agua del grifo, sino que hay que comprar galones para poderla consumir”.

“Me hace falta el café, ese rico aroma y sabor que solo el nuestro tiene, porque he viajado a otros países y no hay buen café. También me hacen falta algunas comidas, aunque el gallo pinto no porque a veces lo hago, con salsa Lizano porque tengo en mi casa”, expone.

Algo más que extraña Belsen es el pollo. ¿Por qué? Resulta que esa ave es muy diferente en México que en Costa Rica. Para empezar, en ese país se ve amarillo cuando está sin preparar. Belsen dice que tiene muchas hormonas.

Al hablar con esta compatriota es imposible no lanzarle una ráfaga de preguntas sobre Playa del Carmen, por si usted es una de las personas que desea darse una escapada a ese lugar.

"No traigan la maleta llena por si quieren llevar cositas”, dice entre risas. Claro, México es mucho más económico que Costa Rica, además, la gran variedad de productos hace que los visitantes dediquen parte del tiempo a enamorarse de ciertos artículos, muchos de los cuales los terminan empacados en el equipaje.

“De mayo a agosto son los meses más calientes debido a la humedad, entre tanto, de noviembre a enero es frío”, agrega Belsen.

Si va, reserve un rato para darse un buen paseo en bicicleta. Dice esta costarricense que se hace con una aplicación llamada biciplaya y el alquiler es por 30 minutos. Una vez transcurrido ese tiempo, se deja la bici en la cicloestación y debe esperar cinco minutos para utilizar otra, explica.

Una gran duda que me embargó es si es mejor visitar Playa del Carmen o Cancún. Esto dice Belsen:

“En lo personal, Cancún tiene sus playas y lugares para visitar, pero me quedo con Playa del Carmen. Para empezar, hay mucho tráfico en Cancún”.

Las vacaciones se disfrutan mejor si se ahorra dinero, pues lógicamente eso es más gratificante para cualquiera.

El primer paso para que sea más económico es el transporte desde el aeropuerto de Cancún.

Muchos optan por pagar taxi o comprar un traslado privado, pero la compañía ADO tiene autobuses que cobran alrededor de $11 (210 pesos mexicanos), dice Belsen.

“Ya estando en Playa del Carmen, si quieren visitar otras playas cercanas, las entradas valen 100 pesos mexicanos ($5) cuando mucho. Para ir a los cenotes, lo pueden hacer en las combis (pequeñas busetas de color blanco), las cuales salen más económicas que un taxi”.

“No recomiendo tomar taxis del hotel o de la Quinta Avenida, porque la tarifa es mucho más cara; aquí hay un WhatsApp que es más seguro y no tan caro, les dejo el número para que lo tengan en cuenta, que es el +5219841970814”.

En Playa del Carmen está Playa Mamitas. Ahí parten ferris y hay sitios públicos para bañarse en el mar. Entre tanto, en Punta Esmeralda hay un cenote, que es un impresionante pozo de agua dulce abastecido por ríos subterráneos. Otro sitio recomendado por Belsen es Playa 88.

“Para compra de souvenirs, en los supermercados es más barato o en plaza Las Perlas, que está sobre (avenida) Constituyentes entre (calles) 20-25”.

“Si quieren comer rico y tomar unas cervecitas a buen precio, que no sea tan caro como la Quinta Avenida, hay un buen lugar llamado La Cantina de Pepe, que es en la calle 14 con la 50”.

Si no está dispuesto a derrochar el dinero en lujosos hoteles, Belsen le aconseja alquilar un apartamento, con un costo por noche de entre 600 y 800 pesos mexicanos (entre $33 y $44) por persona.

Sobre los lugares imperdibles, Belsen enumera los siguientes:

-La Quinta Avenida, que es una calle llena de tiendas, bares, restaurantes y galerías.

-Isla Cozumel; el ferry dura unos 45 minutos. En ese lugar disfrutará de playas con aguas turquesas, así como el arrecife conocido como Gran Arrecife Maya, donde muchos van a hacer snorkel.

-Pasar un día en el Parque Xcaret y Xel-Ha, que es para todas las edades.

-Ir a las pirámides: Tulum, Chichén Itza y Cobá.

-Ir a los cenotes, que son exclusivos de la Península de Yucatán.

Esta es la sexagésima quinta historia sobre costarricenses que dejaron su país por diferentes circunstancias, se adaptaron a otra tierra, pero guardan el cariño por sus raíces.

Todas mis notas de Ticos lejos del hogar y viajes en este enlace.