Falta de Inglés y baja escolaridad golpean la calidad del empleo

El 50% de la fuerza de trabajo en Costa Rica no tiene educación superior o tiene secundaria incompleta. Si a esto se le suma la falta de dominio del Inglés y la carencia de habilidades básicas, el resultado es baja calidad de empleo o nulas oportunidades para conseguirlo.

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Una de las brechas más agudas entre la demanda de talento de las empresas en Costa Rica y los candidatos es la falta de Inglés como segundo idioma y la carencia de habilidades básicas para este siglo tales como comunicación, liderazgo y pensamiento crítico. Así lo afirma Natalia Severiche, country manager de Manpowergroup Costa Rica.

Esas carencias están relacionadas también con el  bajo nivel de escolaridad: la mitad de la fuerza de trabajo en Costa Rica no alcanza la educación superior o tienen secundaria incompleta, según señala Alberto Mora, coordinador del Investigación del informe del Estado de la Región.

Para superar estas brechas, urge articular acciones entre la educación técnica y los sectores privado y público donde se brinden herramientas para la construcción de un perfil de profesional multidisciplinario y adaptados a las necesidades de las empresas.

El más reciente informe del Instituto Iberoamericano para la Educación y la Productividad (2021) afirma la importancia de que el sector educativo converse más con el sector empresarial privado y fomenten más el emprendimiento y la formación de habilidades blandas desde edades tempranas.

A la fecha, los perfiles más difíciles de encontrar para las empresas son aquellos relacionados con las tecnologías digitales, tales como ingenieros de sistemas, analistas de datos, programadores, especialistas en ciberseguridad y en transformación digital. Para perfiles no técnicos, las competencias digitales básicas se consideran importantes (54%) o muy importantes (31%).

Desconectados de la realidad

Otro de los retos urgentes es aterrizar a las personas más jóvenes a la realidad y a las demandas del mercado. Mientras el mundo cambia y exige nuevas aptitudes y nichos para encontrar trabajo, el 50% de jóvenes de 15 años sigue apostando a estudiar carreras tradicionales en las que las oportunidades son más limitadas.

Así lo revela el más reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre expectativas de empleo de los jóvenes, con base en un estudio que incluyó a 600.000 colegiales de 79 países del mundo y que participaron en las Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés).

Por eso es fundamental el rol que juega la educación, durante Primaria y Secundaria, de orientar al joven en ese proceso de construcción de sus expectativas y de autoconocimiento: ¿cuáles son mis habilidades técnicas y blandas, basadas en la realidad?

Es crucial que los aprendizajes del aula conecten con la realidad social y económica, que ofrezcan información confiable, variada y que en las aulas se generen espacios para cuestionar, comparar y construir con base en la evidencia que aportan los datos, mediante una cultura  de aprendizaje, de des-aprendizaje y de re-aprendizaje.

El director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher ha dicho que “es una preocupación que más jóvenes (con respecto del año 2000) ignoren o desconozcan de los nuevos tipos de trabajos que están surgiendo, particularmente como resultado de la digitalización (…) Eligen el trabajo de sus sueños de una pequeña lista de las ocupaciones más populares y tradicionales”, afirmó.

Ese mismo informe critica que pese a que nuevas formas de trabajo emergen, la escuela y el colegio siguen haciendo lo mismo: pedir a los estudiantes que memoricen contenidos de un currículo para aprobar  exámenes. Ese modelo tradicional y obsoleto descuida el desarrollo de habilidades básicas para el siglo XXI, tales como curiosidad, pensamiento crítico, empatía, resiliencia, deseos de emprender y la capacidad de una buena comprensión lectura y la resolución de problemas matemáticos y científicos.

Los resultados de este reciente informe de la OCDE coinciden con un estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde se consigna que para el 2030 más de la mitad de los jóvenes no tendrá las competencias necesarias para prosperar en un trabajo, debido a que salen del sistema educativo secundario con pobres aptitudes y con la idea de que un título académico les garantizará empleo futuro, sin que esto necesariamente se cumpla.

El desempleo es uno de los mayores desafíos en Costa Rica. A mayo del 2021, la tasa de desempleo en Costa Rica era de un 17,7%: tres veces el promedio de la OCDE (6,6%). El cambio de timón urge.

Cuénteme su opinión sobre este tema a mi correo barrantes.ceciliano@gmail.com