Apoyo familiar: un insumo clave para palear el rezago educativo durante la pandemia

En un sondeo realizado por el Programa del Estado de la Nación, el 58% de las familias reconocieron no estar preparadas para apoyar a sus hijos con tareas y repaso de materia durante la pandemia. ¿Qué implica ese dato? ¿Cómo se puede apoyar cuando la escolaridad de los padres de familia no es alta?

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El apoyo de las familias es clave para palear el rezago educativo durante la pandemia. Repasar la materia, narrar un cuento en casa, plantear preguntas y motivarles a resolver los deberes asignados por su maestra son gestos de atención necesarios, sobre todo en aquellos niveles de educación primaria, donde el sentido de autonomía está en desarrollo.

El niño debe sentir que su educación le importa a alguien y motivarse en su proceso de aprendizaje. Esto debe traducirse en atención y no sobreprotección. Es decir, que papá o mamá no tienen por qué resolver las tareas por su hijo o hija, sino acompañar en el proceso, dar ánimos y construir una rutina en casa que fomente autonomía en el estudiante.

Según el informe A new wave of evidence, cuando los padres de familia “hablan de la escuela con sus hijos, esperan que su rendimiento escolar sea bueno y se aseguran de que las actividades que realizan fuera de la escuela son constructivas, sus hijos rinden más en el centro educativo”.

En Costa Rica, un sondeo realizado por el Programa Estado de la Nación a 2.546 hogares reveló que menos de la mitad de los hogares se sienten poco preparados para apoyar a sus hijos en su proceso educativo durante la pandemia. El mensaje hacia esas familias debe ir orientado a no frustrarse por no comprender todo. Es más valioso que niñas y niños se sientan estimulados en el hogar para aprender y exponerse a contenidos educativos. Como señala el escritor y profesor británico Ken Robinson “nada sustituye a un buen profesor titulado y entregado a su trabajo, pero si los padres u otros miembros de la comunidad pueden complementar lo que la escuela ofrece, todo el mundo sale ganando”.

No se trata de que papá o mamá sustituyan la labor del docente, pero sí que guíen a su hijo o hija para que responda responsablemente a los deberes que se le asignan en la escuela. El hecho de que todos los estudiantes vayan a aprobar el ciclo lectivo no debe ser sinónimo de mediocridad y de abandonar el proceso educativo porque eso solo se traduciría en en aumentar la brecha social ya existente y en restar oportunidades.

Falta de escolaridad no es excusa

Durante la pandemia, he tenido la oportunidad de visitar comunidades rurales en la provincia de Puntarenas y escuchar a madres jefas de hogar, que pese a que no tienen escolaridad, enfatizan en la importancia de la responsabilidad y de definir rutinas para que sus hijas e hijos respondan con atención a las guías educativas que aporta la escuela cada quince días.

“Yo motivo a mis hijos para que sigan estudiando. No soy estudiada, pero a ellos no les falta amor en esta casa y el ánimo para que salgan adelante. Aquí tienen su arrocito, sus frijolitos frescos y no hay excusas para no hacer las tareas y entregarlas bien a tiempo”, Ángela Lazo, vecina de Pitahaya de Puntarenas.

La pandemia expone el reto latente de unificar la relación entre casa y escuela. La reconstrucción de ese vínculo debe hacerse en dos vías: por un lado, la familia debe mostrar más interés en acercarse a la escuela a aportar y aprender; y por el otro, los docentes deben estar más dispuestos a romper las barreras de las cuatro paredes del salón de clases y mejorar la comunicación con los hogares.

Cuénteme su opinión sobre este tema a mi correo barrantes.ceciliano@gmail.com.