Virgen de Cartago: "Me enamoré tanto de Jesús que sentí que no necesitaba nada más"

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Santa Ana (Redacción). Estas palabras son las que usa Gloriana Matamoros Castillo –de 38 años y vecina de Cartago– para explicar las razones y el sentimiento que le inspira unirse voluntariamente a la "Orden de las Mujeres Vírgenes de Cartago".

El 2 de julio anterior, el obispo José Francisco Ulloa dirigió la consagración de Matamoros y tres mujeres más en la orden durante una ceremonia pública. La última vez que se realizó un acto similar fue hace diez años, donde otro grupo de mujeres se unió a la orden en una ceremonia privada.

“Fue como un noviazgo, es un enamoramiento, me enamoré tanto de Jesús que sentí que no necesitaba nada más, es una experiencia que trasciende cualquier cosa que pueda ser física”, declaró Matamoros en una entrevista con La Nación .

“Fue algo muy bonito porque yo en el transcurso de la vida tuve novios y todo, lo normal. Y con el tiempo me fui dando cuenta que nadie me podía amar como yo quería y yo quería entregar eso a una persona que lo valorara, entonces en medio de tanta cosa, me encontré con Jesús”, agregó

“La virginidad es una parte muy importante porque tiene que ver mucho con la pureza. La pureza es lo que nos acerca más al Señor porque no está dividido, es como la castidad que se mantiene dentro del matrimonio, los esposos son fieles”, dijo Matamoros.

Las mujeres de la orden combinan su vida de la Iglesia con otros trabajos dentro de la comunidad. Como parte de los compromisos adquiridos, no pueden casarse ni tener hijos.

“Una persona casada hace todo por el esposo, para que esté contento y se lleven bien. Es igual nosotras, lo hacemos todo por él, se convierte en el centro de la vida de uno y desde ahí uno toma las decisiones”, finalizó Matamoros.

Lea una entrevista con otras integrantes de la Orden de las Mujeres Vírgenes de Cartago mañana en nuestra versión impresa.