Una masa joven e indiferente lleva el peso de elección del 2014

Menores de 37 años representan casi la mitad del electorado

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Es un ser con 1,4 millones de cabezas, 2,8 millones de ojos y un tatuaje de indiferencia política que le cubre la mitad del cuerpo.

Suele caminar a diario por todos los pueblos del país y pesa mucho, lo suficiente como para inclinar la balanza de un país y decidir, por acción u omisión, quién será el próximo presidente de la República... Ni hablar de diputados.

Se trata de la juventud convocada a votar en las elecciones nacionales del 2 de febrero del 2014, en las que se elegirá al jefe del Gobierno, dos vicepresidentes y 57 legisladores.

De los tres millones de ciudadanos llamados a emitir el sufragio, hoy casi la mitad tiene de 18 a 37 años. Ellos representan el 48% del electorado.

Quienes tienen entre 38 y 57 años representan el 34% del padrón y los que tienen entre 58 y 112, el restante 18%, según datos suministrados por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

¿Cómo se siente esa masa joven de cara a las elecciones?

“Yo a Ottón Solís lo sentía sincero, pero uno no sabe a quién creer. El PLN es una argolla y para mí la palabra política significa ‘chorizo’”, dice una de las 1,4 millones de voces de esta juventud. Es la de Adriana Fernández, de 27 años y vecina de Desamparados.

De acuerdo con la más reciente encuesta de la empresa Unimer para La Nación , elaborada en octubre pasado, la indiferencia era el común denominador entre estas personas: 5 de cada 10 jóvenes dijeron tener ese sentimiento.

Su segundo estado de ánimo es la desilusión, sobre todo entre los que superaron el umbral de los 30 y se acercan a las cuatro décadas.

Entre los más jóvenes, de 18 a 24 años, la desilusión cede y empata con el entusiasmo, pero ambos por debajo de la indiferencia.

En cuanto a los mayores de 40 años, el ingrediente predominante es la desilusión (4 de cada 10), mezclado con la indiferencia (3 de cada 10) y condimentado con una cucharadita de molestia y otra de entusiasmo (1 de cada 10 en cada caso).

El hecho de que los jóvenes sean indiferentes no quiere decir que rechacen de plano la idea de votar. Entre ellos, el porcentaje decidido a ir a la urna es similar al del resto de la población, según Unimer.

Casi 5 de cada 10 dicen que votarán, aunque la cifra se reduce a 4 entre los que tienen 25 y 29 años.

“No es malo participar en política y creo que ese es un problema que tenemos como país, que la gente cree que la política es mala... Pero, o sea, a alguien hay que elegir y ojalá que esas personas sean las mejores”, sostiene Rafael Monge, también de 27 años y activo en la política.

Para los jóvenes, lo más importante al decidir el voto es el candidato. Los mayores de 40 le dan un poco más de importancia al partido.

Los políticos enfrentarán una juventud sobre todo ocupada, sea en empleos (60%) u oficios domésticos (17%). Solo un 14% está de lleno en el estudio, según el INEC.

Esta masa será clave para ver si el electorado repite lo ocurrido hace tres años, cuando una tercera parte se abstuvo de votar.