Una canción para Bangladesh

El 1.° de agosto de 1971 se realizó el primer concierto benéfico. Cuarenta años después, la idea es una tradición.

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Bastó una llamada telefónica para que George Harrison tradujera una señal de auxilio en un espectáculo masivo en el Madison Square Garden, en Nueva York.

La velada de rock del 1.° de agosto de 1971 fue una jornada doble, con un concierto en la tarde y otro nocturno. Duplicar el aforo de una sola tanda le aseguraba a los organizadores, la recaudación de una suma millonaria y el total de lo recolectado cumpliría un papel paliativo en otro rincón del globo terráqueo.

La invitación se resumió en el titular: “El concierto para Bangladesh”. El espectáculo artístico se convirtió en el primero de su especie: la beneficencia.

La historia de cómo comenzó aquel acontecimiento quedó plasmada en un tema llamado sencillamente Bangla Desh : “Mi amigo vino a mí con tristeza en sus ojos; me dijo que necesitaba ayuda antes de que su país muriera. Aunque yo no podía sentir el dolor, sabía que tenía que intentarlo. Ahora les pido a todos ustedes que nos ayuden a salvar unas cuantas vidas”, escribió George en las primeras líneas de la melodía, de la cual era el autor.

Harrison fue el promotor y líder del inusitado hecho, cuando apenas retomaba el terreno artístico tras la disolución de su banda, The Beatles.

El amigo mencionado en la canción era Ravi Shankar, un indio virtuoso en la ejecución del instrumento tradicional sitar , exportador a Occidente de la música oriunda de su país y de las tradiciones indias; un aclamado activista de su tierra.

La obra Bangla Desh sonó en directo por primera vez en el inolvidable concierto del 1.° de agosto de 1971. Esa noche 40.000 almas caritativas absorbieron la melodía y comprendieron el valor real de sus butacas. La nación asiática que le daba el nombre a la canción agradecería el gesto.

La cara de la pobreza

Bangladesh se independizó de Pakistán el 26 de marzo de 1971. Ocupó el territorio de lo que antes fuera Pakistán del Este, separado de su homólogo del oeste por India. Allá, al otro lado de la región, estaban todos los órganos de poder, para los que este era un punto cardinal olvidado.

En 1970, una tragedia asoló la región, con el paso del ciclón Bhola, que provocó la muerte de cerca de 500.000 personas. Se calcula que una cantidad similar de aldeanos perdieron sus casas durante la devastación.

Las malas noticias no cesaron. En marzo de 1971, el gobierno pakistaní se aventuró a detener las pretensiones separatistas de un movimiento nacionalista bangladesí. Las aniquilaciones perpetradas se conocen como “las atrocidades Bangladesh”.

La cifra de víctimas mortales es incalculable, tanto así que los datos en registros históricos oscilan entre 200.000 y 3 millones de fallecidos durante el genocidio.

La catástrofe derivó en la independencia del pobre país asiático, mas generó también una ola insostenible de emigrantes que emprendieron camino de una sola vía hasta India.

Los sobrevivientes nómadas se convirtieron en víctimas de la inanición, la insalubridad y enfermedades como el cólera.

Se calcula que el gobierno indio desembolsaba $1 millón al día para sostener el arribo de inmigrantes bangladesís.

Afuera del continente, las noticias sobre la catástrofe humana eran tan escasas como la ayuda económica que llegaba de arcas extranjeras. Bajo aquel contexto de emergencia, el músico Ravi Shankar buscó en su lista de contactos telefónicos el de un amigo inglés que respondería con la premura necesaria en el momento.

La fecha esperada

Durante todo junio de 1971, George Harrison telefoneó a colegas que, creyó, estarían dispuestos a contribuir.

Sin embargo, no todos aceptaron. Paul McCartney, por ejemplo, se disculpó y rechazó la idea de tocar de nuevo con sus excompañeros de los Beatles tan poco tiempo después de la disolución del cuarteto.

De cualquier modo, la lista definitiva ofrecía un menú gourmet para los amantes del rock y el blues de aquella década que apenas comenzaba.

Ringo Starr se apropió de la batería; Eric Clapton aceptó volver a tomar la guitarra aunque venía saliendo de un proceso de rehabilitación por las drogas.

El tecladista afroamericano Billy Preston no dudó en incluirse en la lista, así como el bajista y cantante Leon Russell. Como acto adicional, Bob Dylan accedió a la invitación y aportó otro nombre de peso a la jornada.

En los controles de la producción, se encontraba el excéntrico Phil Spector.

La primera de las dos tandas comenzó a las 2:30 p. m. de aquel domingo. El Madison Square Garden no podía albergar un alma más, y afuera, una larga hilera aguardaba para el ingreso a la presentación nocturna.

Ravi Shankar y tres músicos coterráneos más abrieron el concierto con una melodía tradicional de la India. Posteriormente, el repertorio incluyó 16 composiciones que se alternaban entre el rock , el blues y el folk ; variaban de vocalistas y se rotaba a los compositores sobre la tarima.

Los aplausos y ovaciones no cesaban tras aclamados temas como Something, While My Guitar Gently Weeps y Here Comes the Sun (Harrison), así como con piezas de Dylan como Just Like a Woman y Blowin’ in the Wind . El segundo show comenzó puntual a las 8 p. m.; el repertorio varió un poco, mas la última canción era inamovible. Bangla Desh serviría para despedir la velada.

La tarea estaba hecha. En total, tras las dos tandas del concierto se reunieron $250.000. Esta cifra se sumó a los esfuerzos de Unicef para dotar a Bangladesh de agua potable y alimentos que paliaran la hambruna.

“Esa fecha siempre será recordada como un momento por el que nos podemos sentir orgullosos de ser músicos. Simplemente no estuvimos pensando en nosotros mismos durante cinco minutos”, confesó Eric Clapton en una entrevista posterior.

Así se refirió George Harrison a la noche del acontecimiento: “Los músicos dejaron los egos de lado para tocar juntos. Lo que se sentía en el concierto era tal que era más grande que todos los que estábamos ahí reunidos”.

Ravi Shankar resumió el logro del concierto en una cita clara: “Fue algo único, más especial que una sencilla interpretación. Al final de la noche, todas las personas alrededor del mundo conocían el nombre de Bangladesh”.

Los réditos

La noche de concierto fue una sola, pero sus consecuencias se extendieron más allá de la fecha.

En diciembre de 1971 salió al mercado un disco triple con la música del concierto. En marzo de 1972, la filmación del espectáculo llegó a las salas de cine y en el 2005, se estrenó la versión en DVD. Las regalías por todas estas armas de mercadeo también fueron redirigidas a la Unicef.

En 1985 se efectuó el concierto Live Aid, con fechas en varias partes del orbe. Este buscaba disminuir la hambruna en Etiopía.

Tres años después, en 1988, se realizó una gira de artistas por el mundo, en conciertos titulados “Amnistía Derechos Humanos Ya”. Costa Rica fue una de las escalas y al antiguo Estadio Nacional vinieron artistas como Sting, Bruce Springsteen, Peter Gabriel y Tracy Chapman.

Más recientemente, el éxito ha acompañado también a iniciativas como Live 8 (2005) y Live Earth (2007).

Evidentemente, hoy es común la dinámica de pedir ayuda y caridad a través de la música . Bangla Desh lo había cantado ya en 1971.