Alrededor de ¢9 de cada ¢10 que presta la banca estatal en moneda nacional, están ligados a los vaivenes de la tasa básica pasiva, según datos proporcionados por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
En total, los tres bancos estatales, que son los que más prestan en la moneda local, tienen créditos en colones por ¢3,1 millones de millones (billones). De ese monto, 93% está ligado a la tasa básica.
Entre los privados, de su cartera en colones, la mitad está vinculada a dicho indicador.
Esta tasa procura reflejar el costo que tienen los bancos de captar fondos y se usa de referencia para cobrar los intereses de los préstamos. Para calcularla el Banco Central considera las tasas de las captaciones en plazos entre cinco y siete meses de esta entidad, el Ministerio de Hacienda, los bancos públicos, privados y otros intermediarios financieros.
Sin embargo, hace dos meses el Ejecutivo lanzó críticas a la banca estatal pues aseguró que estaban pagando intereses más altos que presionaban al alza el indicador.
A raíz de esto, el 20 de noviembre pasado el Central publicó una propuesta para cambiar la metodología. Entre los principales cambios, se encuentran: modificaciones en las ponderaciones; se excluyen los valores atípicos, aquellas tasas que son muy altas o muy bajas; se sacan de la medición las captaciones de Hacienda y al Banco Central y se modifica la forma de redondear los valores.
Observaciones al cambio. Ante los cambios, varias entidades han realizado observaciones. Una de los principales cuestionamientos de la Asociación Bancaria Costarricense es la exclusión de las captaciones de Banco Central y Ministerio de Hacienda del cálculo.
Gilberto Serrano, presidente de la Asociación, explicó que al excluir las tasas de interés pagadas por los bonos colocados por el Ministerio de Hacienda y el Banco Central se estaría excluyendo una parte importante del universo del sistema financiero costarricense.
Wálter Espinoza, director financiero Banco Bansol, añadió que “la principal interrogante de estas propuestas, se encuentra en que aunque el Ministerio de Hacienda y el Banco Central sean excluidos del cálculo, seguirán siendo dos competidores importantes por recursos en el mercado contra los intermediarios financieros, por lo que, la tasa básica pasiva no reflejará el costo real de los fondos”.
Maurilio Aguilar, director de Gestión Corporativa del Banco Popular, consideró que el cambio en la metodología no tendrá fuerte impacto en el mercado. Eso porque los entes financieros seguirán compitiendo por los mismos recursos, indistintamente de que los participantes se consideren o no en el cálculo de la tasa básica.
Otro cuestionamiento de la Asociación es el uso de promedios simples, tal como se propone en la metodología, pues no reflejaría el costo promedio de los fondos en forma adecuada, debido a que se ponderarían igual una operación pequeña y una grande.
Guillermo Quesada, subgerente del Banco de Costa Rica, consideró que la nueva metodología generará una mejor representación de los valores empleados en el cálculo de la tasa, dando pesos a los grupos de intermediarios financieros en función de una historia extensa y representativa.
Bernardo Alfaro, subgerente de Crédito y Finanzas del Banco Nacional, comentó que al quitar las tasas más altas y más bajas, se deberían dejar por fuera menos observaciones de las que propone el Central.
La Cámara de Bancos e Instituciones Financieras presentarán sus observaciones el lunes.