Sombra de corrupción socava confianza en el Gobierno

Sube de 60 a 75% la percepción de que la administración actual es corrupta

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Es como si la confianza de la ciudadanía en el gobierno de Laura Chinchilla se estuviera cayendo a pedazos.

Carcomida por una mayor sensación de corrupción, la fe del público en la administración Chinchilla bajó en julio por sétima ocasión consecutiva y alcanzó su punto más bajo tras dos años y dos meses de gestión.

Así lo revela la más reciente encuesta de Unimer para La Nación , según la cual el índice de confianza en el Gobierno (ICG) se precipitó a su peor calificación desde que fue creado, en el 2003.

Este índice se mide en escala de 1 a 5 y, por primera vez, se ubicó por debajo de 1 (pasó de 1,036 a 0,871). Ni siquiera en el gobierno de Abel Pacheco estuvo tan bajo.

El ICG es un indicador que evalúa la percepción del público sobre la corrupción en el Gobierno, el trabajo del gabinete, la eficiencia en el gasto público y la capacidad para resolver problemas, así como opiniones sobre a quién beneficia el Poder Ejecutivo.

Entre abril y julio, dicho índice cayó en 16 puntos porcentuales.

El deterioro se produjo, principalmente, debido a que la sensación de que el Gobierno es corrupto se disparó de un 60% a un 75% de la población. Así ocurrió en medio de casos como las presuntas dádivas a los funcionarios involucrados con la construcción de la trocha fronteriza 1856.

Pero no solo ese criterio carcome la evaluación de la presente administración. También va en picada la calificación de los ciudadanos sobre el trabajo del gabinete. Hoy, solo el 7% cree que los ministros hacen un buen trabajo.

Además, subió de un 37% a un 42% el grupo que considera que el Gobierno maneja el gasto ineficientemente y, de 28% a 32%, el que opina que no sabe cómo resolver los problemas del país.

Además, se mantuvo en ocho de cada diez la cantidad de personas que creen que el Gobierno trabaja solo para algunos sectores.

Otro escalón abajo. Y si de la labor de la presidenta Chinchilla se refiere, los resultados merecen análisis aparte: las opiniones negativas sobre su trabajo crecieron en los últimos tres meses en nueve puntos porcentuales y las favorables cayeron en cuatro puntos.

El 53% de la ciudadanía califica de mala o muy mala la labor de la mandataria y solo un 13% cree que su trabajo es bueno o muy bueno.

De esta manera, Chinchilla empata la peor nota que recibió Abel Pacheco en el 2005 (53% de opiniones desfavorables) y se acerca mucho a la que recibió José María Figueres Olsen en 1995 (57%).

La encuesta fue elaborada del 5 al 11 de julio mediante entrevistas en sus domicilios a 1.200 personas. El estudio tiene un margen de error de 2,8 puntos porcentuales.