Pueblo natal llora a Luis Paulino Mora, su hijo predilecto

Puriscaleños rememoran las historias de pueblo del jurista

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Puriscal (Redacción). Desde las 4:30 p. m. empezaron al cementerio de Puriscal familiares del magistrado Luis Paulino Mora, sin embargo no fue sino hasta las 6:15 p. m. que comenzó a llegar el cortejo fúnebre hasta este cantón, cuna del presidente de la Corte Suprema de Justicia, fallecido ayer y cuyo cuerpo llegó a las 6:25 p. m. al lugar.

Primero llegaron familiares cercanos, que viven en Puriscal, a la espera del último homenaje del día en la capilla del cementerio.

La bóveda está a la par de la de su madre, Juanita Mora Delgado.

Lidio Leiva, compañero de catecismo y compañero de mejenga de Luis Paulino, recordó cómo jugaban trompo, rayuela y bolinchas, muchos años atrás.

Era una excelente persona, amigable y muy humilde. Compartía mucho con los más pobres”, afirmó Leiva, de 68 años y vecino de Puriscal.

Manuel Espinoza, alcalde Puriscal fue otro de los que llegó temprano al cementerio. “Para nosotros, Luis Paulino Mora es el hombre más distinguido de la zona. En este pueblo siempre le hemos dado el lugar que merece. Todos los puriscaleños lo respetamos, lo queremos y lo admiramos”, afirmó.

La exministra de Salud de la administración Pacheco de la Espriella, María del Rocío Sáenz, manifestó que Mora es hijo predilecto del cantón. “Un abogado insigne que nos dio mucho a todos. Eramos conocidos del pueblo y siempre seguimos en contacto. Yo lo veía normalmente en el cementerio para el Día de la Madre. Una persona muy querida, muy valiosa y una gran pérdida para todos” puntualizó.

Bomberos, Cruzrojistas, motorizados del Tránsito y el grueso de la población esperaba, con los últimos rayos del sol, el féretro del magistrado y a sus familiares cercanos para mostrarles el afecto y acompañarles en medio del dolor que los embarga.

Nora Lizano, esposa del jurista, dijo al llegar que el siempre habló de su pueblo, de Puriscal. Aunque vivíamos en Alajuela, añoraba su pueblo. “Agradezco a todo Costa Rica, porque solo cosas bonitas hablan de el. Como familia,  nos sentimos halagados” expresó sollozando.

En hombros de familiares y acompañado por oficiales la Fuerza Pública, así como por niños de la escuela Roberto López. A las 7 p. m. el ataúd fue llevado hasta el nicho que se cerró en la oscura noche, solo iluminada por algunos faroles del camposanto y los cientos de vecinos y amigos salieron con la satisfacción de haber despedido al ilustre magistrado.