La apuesta de la prestigiosa cadena HBO con su primera miniserie grabada en México, está logrando un éxito apabullante en Latinoamérica, a un mes de su estreno.
Se trata de Capadocia , que narra la vida en una cárcel de mujeres ubicada en el D.F., la cual, como es de esperarse, encierra los valores y los antivalores de la sociedad, encarnados en sus distintas reclusas.
Como paralelismo, Capadocia muestra también la prisión donde viven decenas de personas que, pese a no estar presas y disfrutar de la “libertad”, están atrapadas entre los barrotes de la bajeza, el desencanto, la nobleza y el idealismo.
El lanzamiento en Latinoamérica de esta serie, considerada fuerte, realista y aleccionadora, se dio el pasado 6 de marzo.
De acuerdo con las mediciones de audiencia realizadas por HBO Latin America Group, tanto el primero como el segundo capítulo rompieron récords de audiencia en los canales de cable en México, según datos proporcionados por la empresa especializada en monitoreo de audiencias, Ibope AGB.
Ambos capítulos se produjeron bajo la conducción de Javier Patrón Fox. El segundo de ellos, titulado Éxodo , se ubicó como el segundo programa más visto en su horario, tanto que superó los niveles máximos de audiencia registrados en series como Roma, de HBO.
En países como Brasil, la serie obtuvo el segundo lugar de audiencia entre los canales de televisión de cable durante la transmisión del primer episodio.
Superó nada menos que en 275 por ciento la audiencia promedio de ese horario.
Capadocia consta de 13 capítulos de una hora, y es filmada en cine, en formato de 16 mm. Para esta producción, cuyo rodaje comenzó el pasado 20 de enero en la capital mexicana, HBO y la productora local Argos se aseguraron de contar con un elenco de prestigiosos artistas: Ana de la Reguera, Dolores Heredia, Alejandro Camacho, Juan Manuel Bernal y Cecilia Suárez, entre otros actores y actrices.
Teresa Lagos (Dolores Heredia) es una jurista que lucha porque su proyecto de un nuevo centro penitenciario, más humano y digno para las internas, sea aceptado por las autoridades estatales, pero en el camino se topará con burocracia, corrupción y, por supuesto, un dechado de desidia y machismo.