Ni promesa de no ir a huelga dejó papeletas en Imprenta

Tribunal asegura que encontró mejores condiciones en rotativa particular

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El TSE confirmó la decisión de imprimir las papeletas de las elecciones del 2014 en una empresa privada, pese a que la Imprenta Nacional redujo el precio y a que uno de sus sindicatos hasta prometió no hacer huelgas antes de los comicios.

A la hora de rechazar dos apelaciones, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) insistió en que encontró mejores condiciones en una compañía particular. Esta será la primera vez, luego de diez elecciones, en que las papeletas no serán confeccionadas en la Imprenta Nacional.

El año pasado, luego de elaborar un estudio de mercado, el Tribunal escogió a la empresa RR Donnelley para el tiraje electoral por un monto de ¢135 millones, el cual luego fue ajustado a ¢155 millones.

En esa ocasión, la Imprenta Nacional cotizó el segundo precio más alto, aparte de que no ofreció el servicio de empaque de papeletas para cada junta receptora de votos.

Al conocerse la decisión, Jorge Vargas Espinoza, director de la Imprenta; y Albino Vargas y Luis Leal, dirigentes de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), presentaron apelaciones infructuosas.

La Imprenta redujo el precio de su oferta para imprimir las papeletas de ¢214 millones a ¢81 millones.

Incluso, la Unión Nacional de Trabajadores y Trabajadoras, sindicato de esta empresa estatal, remitió una nota en la que se comprometía “a no realizar acción alguna que entorpezca el próximo proceso electoral”.

Al TSE le preocupó una huelga de dos días y medio ocurrida en la Imprenta antes de las elecciones de febrero del 2010.

En un informe de la dirección de Registro Electoral el 14 de marzo, el Tribunal alegó que, si bien las huelgas en la Imprenta antes de las elecciones han representado un riesgo, estas no fueron el único factor que motivó la decisión de mantenerse con una empresa privada. Pesó mucho el empaque de las papeletas.

El TSE consideró que, aunque la nueva oferta de la institución estatal es casi un 50% menor que la de RR Donnelley, la primera no ofreció la posibilidad de empacar las papeletas y esta labor la estima en unos ¢40 millones más.