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La ANFE, institución defensora de la libertad en nuestro país, organizó una mesa de trabajo sobre el presente y el futuro de la libertad económica en Costa Rica. Aunque acepté con mucha ilusión la invitación de don Oscar Álvarez para participar en ella, al final me fue imposible asistir por causas ajenas a mi control. Quisiera dejar planteados, en esta columna, algunos puntos que me parece son relevantes para la discusión sobre libertad económica.

Heritage Foundation por un lado, y los institutos CATO y Fraser por otro, calculan sus índices de libertad económica. Tratan de medir y comparar la libertad que existe en diferentes países. Ambos índices llegan a la misma conclusión: las naciones donde hay un mayor grado de libertad económica tienden a crecer más rápido, se dan más oportunidades, la actividad empresarial es mayor, y existen más libertades civiles y políticas, que en las naciones mas controladas. Esto da como resultado que las economías más libres tengan un 8% de pobres en promedio, mientras que las economías mayormente controladas y reprimidas tengan un 24% de pobreza.

Según estos índices, Costa Rica se ubica en un bloque intermedio, como un país moderadamente libre. Otra vez, ni tan bien, ni tan mal. ¿En qué fallamos? La justicia no es ni pronta, ni cumplida. Existe corrupción, sobretodo a niveles bajos del sector público. El Gobierno tiene poca capacidad de hacer cumplir las leyes. Dado que la burocracia es grande y lenta, las regulaciones elevan muchísimo el costo de hacer negocios. El Gobierno tiende a entorpecer la actividad individual. Algunas leyes restringen la libertad. Y, finalmente, ambos índices critican la fuerte presencia estatal en actividades meramente privadas, como la banca y los seguros.

A nivel mundial, ambos índices apuntan a que ha habido una disminución de la libertad económica desde que empezó esta crisis. Jorge Guardia, en su columna de este martes pasado, ya nos dio algunos ejemplos de actos contrarios a los principios de libertad que se cometieron durante la crisis.

Pero además, curiosamente, en tiempos recientes se ha reforzado la idea entre la gente de que los gobiernos deben intervenir más, para así resolver prácticamente todos los problemas de la gente. Eso sí, el pensamiento de muchos es el de promover la imposición de restricciones a la libertad, siempre y cuando el resultado esperado vaya a favor de ellos. No importa que las acciones vayan en contra de todos los demás.

Lo que ha sucedido en Venezuela es una muestra de que a la gente no le importa que se cercene la libertad a cambio de que les regalen algo.

Ese país está de antepenúltimo en el índice de Heritage, y de último en el de CATO. A pesar de la falta de libertad, los venezolanos han vuelto a elegir, “libremente”, a Hugo Chávez por 6 años más.