Convertirse en adulto es un martirio. Esa guerra dura años y, si todo sale más o menos bien, al final emerge un adulto con identidad propia, una conquista imposible sin un ejército de errores detrás.
Quizás ese hervidero de cambios explica que en Estados Unidos cada vez más adolescentes están hartándose de Facebook .
Hambrientos de otras dinámicas, ahora dividen su atención y brindan más tiempo a otras redes sociales donde lidian mejor con los vaivenes de su edad revela un investigación del Centro de Investigación Pew.
El análisis, divulgado la semana anterior, también desnuda el escenario local pues los jóvenes costarricenses ya reproducen las prácticas trazadas en ese texto.
Presencia de muchos adultos (incluidos padres de familia), el drama percibido allí y sentirse abrumados por usuarios que publican demasiado o son muy superficiales figuran entre los factores que apagan el entusiasmo de los adolescentes con Facebook.
El desinterés crece también por el estrés y necesidad de estar cuidando su reputación en línea.
Con respecto a una edición del estudio realizada en el 2006, la nueva encuesta sí refleja que ahora ellos comparten más información de sí mismos. Sin embargo, además, toman un abanico de medidas para cuidar su reputación virtual y arreglan lo mejor posible sus perfiles.
A la vez, muchachos de EE.UU. con cuentas en plataformas como Twitter o Instagram sienten que allí se expresan mejor una vez liberados de las presiones y restricciones de la aún principal red social del mundo. “Han descubierto que Instagram está más ligado a una experiencia más personal de expresión creativa y donde las interacciones con otros usuarios son más favorables y alentadoras”, dijo Maeve Duggan, una de las autoras de la investigación contactada por La Nación .
Sin abandonar de golpe Facebook, comenta la analista, los jóvenes dedican más tiempo a otras páginas y modifican sus hábitos . “La dinámica con Twitter cambia. Si antes solo seguían a usuarios o estaban pendientes de celebridades, hoy se ha vuelto algo personal y esto les atrae, siguen y son seguidos por gente a quien conocen cara a cara. Además, mensajes de 140 caracteres previenen los excesos de Facebook”, dijo Duggan.
En el estudio, un 94% de adolescentes vinculados a redes sociales tienen un perfil en Facebook, el mismo porcentaje de hace un año.
No obstante, el 26% ahora está en Twitter, un salto en comparación al 16% de otra medición realizado por el Instituto en el 2011.
En Costa Rica igual. En Costa Rica, en cambio, las cuentas en Facebook de usuarios entre 13 y 17 años de edad disminuyen, señaló Andrea Fallas, directora de estrategia y planeamiento digital en la agencia de publicidad Garnier BBDO.
Esa categoría perdió casi 14.000 cuentas de mayo del 2012 a este mes; el único rango menguante.
Otra similitud que ve Fallas entre el estudio y Costa Rica, es que los adultos entre 30 a 39 años locales (donde están las edades de muchos padres) sumó 75.000 cuentas en el mismo lapso que bajaron las otras.
Hace casi dos años, la agencia hace un estudio con cifras y tendencias en redes sociales costarricenses a partir de datos extraídos de las propias redes sociales. “El tráfico en Facebook está bajando en todo rango de edad. Hay menos interacciones. Se mantiene la presencia, pero no la frecuencia y entre adolescentes sí hay cierre de cuentas”, anotó Fallas.
Con más adultos, afirma Fallas, el sitio se percibe más de mayores que de jóvenes. Los usuarios con más de 60 años, por ejemplo, pasaron de 16.000 a 49.000 de mayo del 2012 a este mes: 33.000 adicionales.
La analista también cree que Facebook se ha vuelto una red estática de conocidos y publicidad y un espacio tipo quéjese aquí . Instagram, Pinterest o Tumblr , en cambio, se basan en contenido gráfico. Allí nadie sube invitaciones a juegos, ni cadenas de oración. Allí se respira con más libertad.