En Vela

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Mientras a ciertos diputados no les dé verguenza hacer el ridículo boicoteando los proyectos de ley que no les interesan o no les convienen, nuestro país seguirá rezagado. Cito los últimos ejemplos: la nueva ley de tránsito, el plan de eurobonos y el permiso para el atraque de una nave de EE. UU. para desembarcar un cargamento de marihuana. Como estos, podrían enumerarse muchos otros.

Al parecer, la nueva ley de tránsito se aprobará la próxima semana en el plenario, después de un boicot de cuatro años y un cúmulo de muertos y de lesionados, y una galería de orfandad y de viudez. La Sala Constitucional no encontró errores en el trámite del expediente 18.032, aunque quedan pendientes algunos puntos. Es decir, la batalla aún no está ganada, pues, en materia legislativa, nunca falta un borracho en una vela, es decir, alguien que quiere conquistar protagonismo a costa del interés público.

¿Ocho años para aprobar una ley? Este dato nos retrata mental, política y moralmente. Téngase en cuenta que este proyecto fue objeto de sesudas y responsables sesiones de trabajo de un grupo de diputados en comisión, no obstante el boicot de sus opositores que, por cualquier migaja, son capaces de cualquier trastada. Mientras los diputados inmaduros o de mala fe tengan el poder del reglamento le- gislativo actual, Costa Rica está expuesta a todo tipo de calamidades.

Por otra parte, el proyecto o plan de eurobonos, tan necesario para el país, verá la luz después de tres meses de resistencia hercúlea de unos diputados interesados en promover la creación de una universidad privada de medicina tradicional china. Aquí cualquier pretexto es bueno para atentar contra el interés público. Hace pocos días, nos referimos a la obstrucción de dos diputados contra la investigación científica y contra la salud sin una sola razón de peso.

Los legisladores Juan Carlos Mendoza, Claudio Monge y Carmen Muñoz, los tres del PAC, se opusieron a que se votara en la Asamblea Legislativa el permiso para que atracara una nave de EE. UU. y desembarcara un cargamento de marihuana high red decomisada en el Caribe. El barco tuvo que marcharse. Nuevo triunfo para el narcotráfico que con alborozo ve que hay políticos inconscientes de la magnitud de la amenaza de la droga en nuestro país. Lo mismo de siempre: el perverso reglamento legislativo al servicio de las peores causas y la imposición de la ideología trasnochada y antipatriótica sobre el interés nacional.

¿Qué hacer? Nada. No hay razones contra la sinrazón y la mezquindad, y contra quienes siguen dispuestos a dañar el Parlamento.