En Guardia

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Quiérase o no, la sentencia absolutoria dictada por el Tribunal de Apelaciones a favor del expresidente de la República Miguel Ángel Rodríguez tendrá hondas repercusiones políticas. El panorama electoral y perspectivas para el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) podrían variar. Pienso que sucederán varias cosas, cada una con su propia dinámica temporal. La primera es la reacción favorable de la dirigencia ante la resolución, que ya ha empezado a producirse y continuará aumentando. Los socialcristianos consultados por la prensa, y los que se manifiestan informalmente en Internet y las redes sociales, se alegraron del fallo. Lo ven como una especie de reivindicación política. La dirigencia, bien que mal, había sufrido mucho. Y la sentencia cayó como aguita mansa en sus heridas.

La segunda tiene que ver con la actitud del expresidente frente al partido y el país, muy menguada en estos ocho años. Prácticamente, se había apartado de la política para mantener un perfil bajo. Y no era para menos. Cualquiera en su caso también habría sentido el mundo caer en sus espaldas. Ahora las cosas cambiaron y empezarán gradualmente a mejorar. Anímicamente se sentirá mejor para relacionarse con todos, independientemente de las razones expresadas por el Tribunal. Militantes del PLN y otros minimizarán el contenido de la sentencia, aduciendo aspectos procesales (de hecho, ya lo han hecho), pero en el PUSC enfatizarán la actitud parcializada de la Fiscalía y los medios de comunicación, y el hecho relevante de haber sido un alto tribunal el que lo absolvió.

La tercera se vincula al vacío dejado por los líderes tradicionales de la Unidad, especialmente en lo intelectual y económico. Estaba huérfana. Y aunque se pueda diferir del pensamiento de don Miguel Ángel, discrepar de su gobierno y mucho más (él suele reconocer no ser monedita de oro pa’ caerle bien a todos, al decir de una ranchera), nadie le negará su capacidad intelectual. Muchos dirigentes le pedirán jugar un papel de asesor de alto nivel en economía y otros campos, como lo hizo años atrás, cuando el PUSC estaba en proceso de formación. Esta posible dimensión no irá en detrimento de los actuales precandidatos; al contrario, se interesarán en lograr su cercanía. También está la dimensión del partido como un todo. Siento que puede recuperar algo de lo perdido en la estampida. Y no sería sorprendente verlo crecer de nuevo en las encuestas. Muchos de los que, cabizbajos, migraron a otras tiendas, podrían volver. Yo fui uno de ellos. Me dejé llevar.

Pero como dice otra ranchera de esas que pegan en el alma, hoy me muero por volver.

Y volver, volver, volver'