En Guardia

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Hace un año formulé algunas predicciones económicas y políticas (batazos) para el 2012 y prometí dar seguimiento para ver cuán lejos anduvimos de la realidad. Hoy cumplo la promesa. Empiezo con los aciertos y luego paso a las peladas.

Acerté en que Romney ganaría la convención republicana; que su país no entraría en recesión; la Unión Europea, sí; el euro sobreviviría como moneda común; rodarían cabezas en Europa; la economía tica mantendría su nadadito de perro; las tasas de interés se incrementarían; la pobreza y distribución se estancarían; la Sala IV desecharía el plan fiscal; y la imagen presidencial decaería en las encuestas. Fallé al predecir el tipo de cambio y desempleo, y que la oposición retendría el Directorio. Esa fue la mayor pelada de rabo (para más de uno).

Este año la bola de cristal se tiñó de un claroscuro difícil de precisar, sobre todo en lo político. Empecemos con lo económico, que luce un poco más jamón. Las exportaciones y producción crecerá menos; las tasas de interés bajarán tantito (en la acepción coloquial mexicana); el déficit fiscal subirá (pero sin dispararse); la inflación será más alta (lástima); la pobreza, distribución y desempleo se mantendrán elevados y el tipo de cambio esta vez sí subirá. Aún así, mejorará la imagen de la presidenta Chinchilla.

Quisiera decir que el Banco Central finalmente liberará el tipo de cambio (no le veo otra salida) para migrar al esquema de inflation targets y ofrecer al país una buena estabilidad de precios como principal legado financiero de este gobierno. Pero esa institución es tan recalcitrante y atenta con los grupos de interés (metida en la onda grupera) que, probablemente, se contentará con ver subir el tipo de cambio y despegarse de la banda inferior para flotar (de hecho), reducir la emisión y enfrentar la inflación, pero sin poner el huevo. Sin embargo, me gustaría errar y agregarlo al listón de peladas.

En política tica, veo cosas muy turbias pero fascinantes. Será un año fluido, movido y sorprendente. Por dicha, no me toca predecir quién ganará las próximas elecciones, pues tendrán lugar hasta 2014. Sí debo aventurarme a vaticinar algunas cosas. Johnny Araya ganará la convención de Liberación pero será mucho más reñida de lo que él cree. El PAC moverá cielo y tierra para convencer a Ottón Solís, pero dudo que Tatica le susurre algo a sus oídos; el PUSC y ML buscarán algún acuerdo; en el PASE no pasará nada interesante; y el Frente Amplio se aferrará a su inveterada adicción a perder. Y aunque no descarto una coalición de varios partidos de oposición a última hora, veo la cosa muy jodida. Ojalá me equivoque.