Luego de la tragedia que trajo consigo su despertar en 1968, el Arenal se ha convertido en el motor de desarrollo de La Fortuna de San Carlos, gracias al turismo.
Ahora que el volcán está entrando en un período de reposo, los empresarios turísticos se muestran preocupados. “Hemos tenido varias reuniones sobre este tema, pero todavía no hemos llegado a una conclusión o tomado cartas en el asunto”, dijo a La Nación Luis Anchía, presidente de la Cámara de Turismo de la Zona Norte (Catuzon).
Según datos de Catuzon, más de 200 empresarios dependen directamente de los turistas que llegan a la zona esperando ver un volcán que ofrecía espectáculos pirotécnicos en las noches.
Por otra parte, la noticia tampoco los toma por sorpresa. “La baja en la actividad se viene dando desde hace mucho tiempo y este año el volcán ha estado muy callado”, agregó Anchía. “Ya no se oyen estruendos ni se observa lava”, comentó , por su parte, Francisco Vargas, vecino de la zona.
Oportunidad. Lejos de conformarse con la situación, los empresarios vienen diversificando sus servicios y potenciando otros atractivos del área en los últimos años.
“La Fortuna tiene que buscar nuevos íconos y atractivos turísticos que no sea el volcán. Créame que los hay, es cuestión de cambiar el mercadeo”, comentó Vargas.
Según Anchía, la zona posee más de 32 atractivos turísticos entre deportes de aventura como rappel y canopy , así como turismo ecológico que se beneficia de las caminatas por senderos, observación de aves y cataratas.
También hay opciones para los amantes de la pesca y las cabalgatas, por ejemplo.
“La Fortuna debe ser una marca en sí misma”, afirmó Anchía.