Dichosos los trabajadores

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Mucha sangre se derramó antes de que el 1.° de mayo se convirtiera en una fecha para rendir homenaje a los trabajadores. Primero, debieron morir los llamados mártires de Chicago, en Estados Unidos, cuyo delito fue defender el derecho a la jornada laboral de ocho horas.

De esto hace 125 años, pero los abusos no han desaparecido por completo. Muchas luces rojas se encienden todavía en el mapamundi para alertar sobre la situación de individuos que están sometidos a auténticas condiciones de esclavitud; de menores de edad privados del estudio y obligados a trabajar; de mujeres que perciben un salario inferior al de los hombres pese a que ocupan un puesto idéntico...

Sin olvidar el hecho histórico que dio origen al Día Internacional del Trabajo ni obviar esas situaciones que es imperativo cambiar, quisimos producir una edición especial alusiva a esta fecha que resultara más curiosa y entretenida.

Por eso, el plato fuerte de la revista de hoy es una colección de semblanzas sobre costarricenses que se ganan la vida con trabajos algo inusuales.

Decidimos conservar algunas de nuestras secciones de cada domingo, como lo son la columna Tinta fresca y las Telefotos, pero las trasladamos al final de la publicación y las adaptamos de modo que se relacionen también con el tema central de este número.

Es un hecho que el trabajo acompaña la vida del ser humano sobre la tierra. Con él vienen el esfuerzo y la fatiga, pero también las recompensas, y no solo las materiales, pues el crecimiento personal y la realización son parte de la cosecha.

Quien mejor puede explicar lo valioso que es un empleo es aquel que, pese a su búsqueda insistente, no logra ser contratado.

Por eso, bienaventurados somos los que trabajamos. ¡Feliz celebración!