Costarricenses de origen extranjero podrían definir un diputado en San José

Cifra de votantes de origen foráneo creció un 30% y ellos pesan en provincia josefina

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Los costarricenses de origen extranjero reúnen el peso electoral suficiente para nombrar uno de los diputados por San José en el 2014.

Casi 25.000 naturalizados podrán votar en la provincia josefina en las elecciones del 5 de febrero y un candidato que obtenga esa cantidad de votos tendría grandes posibilidades de llegar al Congreso.

En los comicios pasados hubo un diputado que resultó electo con menos de 15.000 votos.

Según el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), casi 50.000 costarricenses por naturalización están habilitados para ejercer el sufragio en todo el país.

Ellos representan menos del 2% del padrón electoral. Sin embargo, sí tienen un peso especial en San José, pues más de la mitad vive allí.

En esta provincia, donde se elige la mayor cantidad de diputados (19), los naturalizados constituyen casi el 5% del electorado, con lo que aumenta la posibilidad de que ellos inclinen la balanza a favor de algún candidato.

Tanto en San José como en el resto del país, la mitad de los naturalizados es de origen nicaraguense. Otro 10% tiene procedencia colombiana y un 7%, salvadoreña. De Cuba y China viene un 4% en cada caso, mientras que de Perú y Panamá, un 3%.

El restante 18% vino de países como Honduras, Estados Unidos, Chile, España, Guatemala, Argentina, México, Taiwán y Ecuador.

Más debate. Dos costarricenses naturalizadas son Tere Ríos y Jacqueline Thorne, vecinas de Moravia. La primera es de origen mexicano y votará por primera vez en el 2014, tras 38 años de residir aquí.

La segunda vino de Colombia y ya ha votado tres veces en casi tres décadas de vivir en San José.

Ellas afirman que las elecciones costarricenses son una hermosa fiesta democrática, pero, al igual que muchos costarricenses, desconfían de los políticos.

“Yo no tengo por quién votar?, dice Ríos. “¿Cómo es la política?”, se pregunta a sí misma. “Corrupta, inestable, irregular e impera el amiguismo, y no solo aquí, en México decimos compadrazgos”.

En Colombia, se dice “palancas”, afirma Thorne, quien traduce de inmediato al tico: “tener patas”.

¿Y el voto para diputados? “No veo a ninguno”, sentencia Ríos.

Thorne también menciona que los temas migratorios suelen estar totalmente ausentes de las campañas. “Si no tratan ese punto, ¿vas a votar por él?”, se cuestiona.

“A nosotros (los colombianos) aquí nos exigen visa para venir y mi familia casi nunca puede venir por ese cuento. Mi hermana vino y le dieron la visa por 8 días”, relató.

“¡Ocho días?”, exclamó Ríos. “¡Pero qué se creen ‘tú’?”.

En cuanto a quienes migran al país para establecerse, Thorne sostiene que la mayoría viene en busca de oportunidades y el tema debe debatirse más.

“¿Quién quiere irse de su país? Si uno sale de su propio país es por algo. Si no es por amor, es porque crees tener mejores oportunidades, como en el caso de Colombia con la guerrilla, el narcotráfico, hubo mucha gente que salió”.

”Es porque han oído de Costa Rica. Yo voy a Colombia y la gente me dice ‘qué dichosa, vives en ese país tan divino’. Todo mundo cree que no hay policía, creen que es una maravilla y lo es”, comentó Thorne.

30% más. El número de votantes de origen extranjero creció casi un 30% entre la elección anterior y la que viene. En el 2010, había 39.000.

Además, hay más mujeres que hombres (54% frente a 46%). El pasado 1.° de febrero fue el último día para que los naturalizados obtuvieran la carta que los acredite como tales a fin de poder votar.