Costa Rica busca en México la presencia de un ‘hermano mayor’

El acercamiento de Costa Rica con México, materializado en la visita del presidente Enrique Peña Nieto a San José durante una cumbre de presidentes del Istmo, permite al gobierno de Laura Chinchilla exhibir un aliado fuerte en la región, en medio de su conflicto con Nicaragua.

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No en vano Laura Chinchilla entregó al presidente de México, Enrique Peña Nieto, la máxima condecoración de la diplomacia costarricense (la Orden Nacional Juan Mora Fernández).

No en vano el canciller, Enrique Castillo, procuró que la visita de Peña Nieto a San José coincidiera con la cumbre de presidentes del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

No en vano el mandatario nicaraguense, Daniel Ortega, el más afín del SICA al gobierno venezolano de Hugo Chávez, no asistió a la cita del miércoles pasado.

El acercamiento de Costa Rica con México, materializado en la visita de Peña Nieto, permite a la administración Chinchilla exhibir un aliado fuerte en la región, en medio de su conflicto con Nicaragua.

Aunque Castillo sostiene que el Gobierno mexicano no toma partido en la disputa por isla Calero, sí afirma que “es un aliado en geopolítica regional”.

“En el plano hemisférico, tenemos puntos de vista semejantes. Compartimos muchos intereses comunes”, afirmó el canciller costarricense en un pasillo del Hotel Intercontinental, en Escazú.

Para Carlos Murillo, catedrático en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA), el acercamiento de México con San José “sí va a ser un factor que presionará a Managua a buscar un bajonazo en el tono del discurso frente a Costa Rica”.

Al igual que Castillo, Murillo no espera que la casa de Los Pinos (sede del Gobierno mexicano) tome posición pública en favor de Costa Rica, en vista de que el caso de Calero ya está en la Corte Internacional de Justicia. “Lo que está claro es que nunca será una posición cercana a Nicaragua”, advierte.

Estrechar relaciones con la segunda economía de Latinoamérica (después de la de Brasil), y la decimocuarta del mundo, alivia la soledad del gobierno de Chinchilla en el conflicto que tantos problemas externos e internos le ha deparado.

“Hasta el momento, con excepción de Panamá, ningún país ha mostrado intención de ser aliado de Costa Rica. La actitud de toda América ha sido una posición equidistante, de neutralidad”, dijo el canciller. No obstante, destacó que México sí ha intentado servir de mediador, al igual que Guatemala.

Esta es la cuarta vez que Chinchilla se encuentra con Peña Nieto en menos de cuatro meses. Ella, incluso, lo visitó en noviembre, antes de que él asumiera el cargo.

Equilibrismo. El acercamiento con México también incide en las influencias que los grandes países de Latinoamérica, de derecha e izquierda, ejercen sobre el Istmo.

¿Es un equilibrio ante el eje del chavismo? El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, respondió: “Lo dijeron los presidentes..., México es el hermano mayor de la región. Creo que la economía de México es una economía mucho más grande que la que tenemos los países de Centroamérica. Hay que reconocerlo. Esta es una nueva etapa que se está abriendo. Beneficia al hermano mayor; sin embargo, también beneficia a los otros países de Centroamérica”.

De hecho, a la cita solo asistieron presidentes de Gobiernos afines a la economía de libre mercado: los de México, Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá.

Un día antes de la cumbre, Peña dijo que esperaba la llegada de “todos” los presidentes de Centroamérica, pero no todos lo hicieron.

Según Murillo, México también necesitaba mirar hacia el sur por motivos de seguridad y por razones empresariales: “Prueba de ello es que las inversiones colombianas en Centroamérica se han incrementado frente a las mexicanas”.

Para ello, continuó, necesitaba interlocutores y, además del vecino Otto Pérez, las figuras claves son Chinchilla y Ricardo Martinelli (Panamá), porque Mauricio Funes (El Salvador) y Ortega son más afines a la izquierda y más distantes del PRI, partido de Peña Nieto.

No en vano Costa Rica también quiere ingresar a la Alianza del Pacífico, el bloque comercial de México, Colombia, Perú y Chile.