Comida rápida seduce a 2 de cada 5 personas

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Sea por falta de tiempo o por gusto, dos de cada cinco costarricenses tienen la costumbre de consumir comida rápida al menos una vez por semana.

Incluso, uno de esos dos opta por ese tipo de alimentación hasta tres veces en siete días.

Ese es solo uno de los hábitos alimentarios que tiene la población del país, de acuerdo con una encuesta realizada por Unimer a solicitud de La Nación .

Los datos reflejan no solo la cantidad de veces que los nacionales visitan locales de comida rápida, sino también que los mayores consumidores son personas entre los 18 y 39 años de edad.

Dicho sector de la población, tanto en hombres como en mujeres, es el que tiene mayor incidencia de sobrepeso y obesidad, según datos de la Encuesta Nacional de Nutrición 2008-2009, elaborada por el Ministerio de Salud.

Sinónimos. La también llamada comida chatarra está muy presente en la dieta de los costarricenses y, según la encuesta de Unimer, están claros los productos que se vienen a la mente cuando se habla de ella.

Las hamburguesas y las frituras son, por mucho, los sinónimos de comida chatarra, reflejó la encuesta de Unimer pues así lo dejaron saber 7 de cada 10 personas. La muestra fue de 600 individuos.

No obstante, la lista de comida bajo esa categoría es más amplia.

Por ejemplo, el 33% se encargó de colocar a la pizza en la tercera posición de la comida chatarra.

Le siguen los tacos/chalupas/burritos y los perros calientes (16%); el pollo frito (15%); la comida de rápida preparación (12%) y productos para picar empacados y comida similar a los nachos (7%).

Los encuestados también hicieron mención, aunque en menor proporción, de la repostería y las empanadas.

Consecuencias. Hannia León, presidenta del Colegio de Profesionales en Nutrición, explicó que gran parte de la población da prioridad en su alimentación a productos altos en grasa, un ingrediente que está prácticamente en todos los productos mencionados.

Pese a eso, la nutricionista aclaró que “no hay alimentos malos ni buenos, sino que son clasificaciones que se les ha dado”.

Por ejemplo, agregó, una hamburguesa no es mala, pero sí lo es comerse una todos los días o al menos tres veces a la semana.

Para Mauricio Barahona, presidente de la Asociación Costarricense para el Estudio de la Obesidad (ACEO), los kilos de más en una persona “trascienden no solo a lo que come y lo que le gusta, sino también a la accesibilidad de alimentos y su costo”.

Tanto Barahona como León consideran que si la gente hace el propósito de adquirir alimentos saludables en sitios como las ferias del agricultor, podría no solo ahorrar dinero, sino también mejorar sustancialmente los contenidos nutricionales.

Sin embargo, los expertos señalan que la amplia gama de locales de comida rápida termina por ganar la partida con precios de solo unos cientos de colones.

“Es un desbalance que estamos viendo en la sociedad moderna: a la gente le sale más barato comer mal y le sale más caro comer bien. Cualquier individuo ve esos números y se va inclinar por lo más barato y no necesariamente por lo más saludable”, comentó el presidente de ACEO.