Centroamérica eliminó insecto transmisor del mal de Chagas

Siete Gobiernos ejecutaron campaña de fumigación que duró diez años

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Con la eliminación de la chinche Rhodnius prolixus , principal transmisora del parásito, se espera que los países centroamericanos estén en camino de erradicar el mal de Chagas en la región.

Así lo dio a conocer un artículo científico firmado por Ken Hashimoto y Christopher Schofield, y publicado recientemente en la revista Parasites & Vectors .

En este sentido, la región pasó de registrar 62.000 nuevos casos en 1990 a reportar 8.500 en el 2006. Esto, gracias a una campaña de eliminación del insecto impulsada por la Iniciativa de los Países de Centro América para la Interrupción de la Transmisión Vectorial (IPCA ) que nació, en 1997, por resolución de los ministros de Salud de Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

“Con la aparente eliminación de R. prolixus , se calcula que esta cifra disminuirá aún más”, indicaron los investigadores en su estudio, y agregaron: “Esto no quiere decir que la enfermedad de Chagas se haya eliminado, ya que aún hay un residuo de casos y en algunas áreas todavía hay transmisión activa debido a otros vectores como Triatoma dimidiata . Sin embargo, los resultados sugieren que la carga de la transmisión se ha reducido considerablemente”.

Enfermos por Chagas. Esta enfermedad es causada por el parásito Trypanosoma cruzi que en el Istmo utiliza a las chinches R. prolixus y T. dimidiata como agentes de transmisión.

El parásito se aloja en tejidos musculares como el corazón, donde causa arritmia. La enfermedad posee una fase aguda donde se dan síntomas similares a una gripe y, por esa razón, suele subdiagnosticarse; también tiene una fase crónica que se manifiesta años más tarde y puede llevar a la muerte.

Según Rodrigo Zeledón, microbiólogo y experto en Chagas, en países como Honduras y Guatemala la prevalencia de la enfermedad es tres veces mayor cuando la transmisión la hace R. prolixus .

“El transmisor que tenemos en Costa Rica y en Panamá, T. dimidiata , es mucho menos eficiente”, dijo Zeledón, y explicó: “Al defecar, estos insectos botan el parásito. La persona tiende a rascarse, pues las heces son irritantes, y, al romperse la piel, el parásito ingresa al organismo. Si lo pica cerca del ojo o la boca, la mucosa facilita el ingreso. T. dimidiata es mucho más lento en el proceso, come y muchas veces no defeca. En cambio, R. prolixus es más rápido”.

Campaña de eliminación. Si bien se conocía el T. dimidiata en la región, no existían reportes de R. prolixus –especie propia de Colombia y Venezuela– previos a 1915, cuando la chinche fue encontrada en viviendas de San Salvador, en El Salvador.

Una investigación, realizada por Zeledón, señaló que la chinche fue introducida a Centroamérica por el ser humano.

T. dimidiata no se puede eliminar porque es propia de los bosques centroamericanos, pero R. prolixus sí porque es una especie introducida y solo estaba en las casas”, comentó Zeledón.

La observación del tico fue tomada en cuenta por la IPCA en su campaña de fumigación de casas y hábitats circundantes.

Sumado a esto, las mejoras en las condiciones de las viviendas –al sustituirse techos de paja por teja o zinc– contribuyeron a reducir la distribución del insecto.

La campaña demoró una década de implementación y se estableció un periodo de vigilancia de cinco años.

En este sentido, desde junio del 2010 no se reporta la presencia de R. prolixus en la región.

“Hubo una interrupción completa de la transmisión a través de esta chinche (...). Lo único que faltaría es controlar T. dimidiata , mantener sus poblaciones bajas; eso es todo”, concluyó Zeledón.

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