Carbono y nitrógeno develan edad de sitio

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este año, Guayabo volvió a estar habitado; al menos por mes y medio. Un equipo de 22 investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR) trabajaron en seis puntos donde hicieron excavaciones.

Su expectativa era encontrar residuos de materia orgánica y la capa de tierra que yacía bajo los montículos no los defraudó.

Allí encontraron 57 muestras de carbón de unos cinco milímetros de diámetro y en suficiente cantidad como para reunir 20 miligramos, que constituye el mínimo requerido por el laboratorio para realizar los análisis de carbono y nitrógeno 14.

“El reloj radiactivo empieza a correr en el momento en que el organismo muere y el carbono 14 comienza a convertirse en nitrógeno 14 a una velocidad constante. Ello permite calcular cuánto tiempo ha pasado desde que el organismo murió, en este caso, la fecha cuando la vegetación fue cortada para preparar el terreno de la construcción”, explicó Gerardo Alarcón, arqueólogo y líder de la investigación.

La muestra se preservó en papel aluminio y se llevó al Laboratorio de Arqueología de la UCR. Allí se sometieron a secado y limpieza para quitarle el exceso de tierra, luego se pesaron y se volvió a embalar en aluminio.

También se le verificaron los datos tomados in situ, como profundidad, tamaño y si cuenta con registro fotográfico o dibujo.

Posteriormente, se seleccionaron las muestras que serían enviadas al Laboratorio Beta Analytic, en Estados Unidos, que se dedica a la datación por carbono.

En este laboratorio se realizó un análisis por espectometría de masas, que consiste en introducir la muestra en un acelerador de partículas y, en el gas resultante, se mide cuánto carbono y nitrógeno 14 hay.

“Fechar no es solo por el gusto de saber cuándo fue construido un sitio, sino que permite pensarlo según la visión de desarrollo sociopolítico que se dio a nivel regional”, recalcó Alarcón.

Asimismo, el investigador agregó: “Ahora seguiría el darles síntesis a todas estas fechas para integrar ese conocimiento a procesos regionales y esbozar nuevas líneas de investigación tanto a nivel regional como en el sitio, para irnos extendiendo hacia la periferia con el objetivo de tener nuevas fechas para corroborar cuánto creció la periferia en relación con el tiempo”.

Más estudios. El proyecto de datación forma parte de un programa de investigación sobre Guayabo que diseñó la UCR en el 2010 y cuyo enfoque es multidisciplinario.

“La idea es empezar a generar y coordinar proyectos desde diferentes unidades académicas sobre temáticas que sean pertinentes en cuanto a los requerimientos de información, para así poder abordar temas como cosmovisión y significado, pero tenemos que resolver antes cuestiones básicas, como extensión del sitio, cronología, restauración y conservación arquitectónica”, comentó Alarcón.

Para el 2013, arqueólogos y topógrafos iniciarán los trabajos de campo para estudiar la estructura del acueducto.

Seguir a @michellesoto80!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0];if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src="//platform.twitter.com/widgets.js";fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document,"script","twitter-wjs");