La Junta Directiva del Banco Central autorizó al Banco Nacional para que comience a ofrecer derivados cambiarios.
Estos son instrumentos que permiten a los clientes negociar tipos de cambio futuros.
El Banco Central avaló tres clases de productos: contratos a plazo, permuta cambiaria y permuta de moneda.
El contrato a plazo “es un acuerdo entre dos partes, en el cual una parte, el comprador, acuerda comprar a la otra parte, el vendedor, una cantidad de divisas, en una fecha futura, a un precio establecido”, según el Reglamento del Banco Central.
La permuta cambiaria es un “contrato en el cual dos partes acuerdan el intercambio de dos monedas diferentes a un precio pactado en la fecha del contrato; y acuerdan a su vez el intercambio inverso”. La permuta de monedas une los dos conceptos anteriores.
Bernardo Alfaro, subgerente general de Riesgo y Finanzas del Banco Nacional, informó de que en los próximos días detallarán las características de los productos que ofrecerán.
Según información proporcionada por la Superintendencia General de Entidades Financieras, actualmente hay dos bancos autorizados para operar en el mercado de derivados cambiarios como intermediarios: HSBC (Costa Rica) y Citibank de Costa Rica.
Además, la Bolsa Nacional de Valores está autorizada como institución certificadora, y hay dos bancos autorizados para realizar operaciones de cobertura con derivados financieros con moneda extranjera, los cuales son el BAC San José y el Banco Nacional.
Hacia la flotación. El Banco Central siempre ha señalado el desarrollo de este mercado como uno de los requisitos para pasar del sistema de bandas cambiarias actual a uno de flotación administrada, donde el tipo de cambio ya no tendría un piso y un techo.
Actualmente, el piso de la banda se encuentra en ¢500 y el techo en ¢754,45.
Consultado el gerente del Banco Nacional, Fernando Naranjo, sobre si la gente sentirá, en la situación actual, suficiente riesgo cambiario para negociar estos instrumentos, comentó: “Hoy en día la gente puede percibir que hay una estabilidad cambiaria, que no hay ese riesgo tan alto como lo teníamos hace tres años, eso no quiere decir, en lo más mínimo, que no pueda venir eventualmente fluctuaciones cambiarias que en este momento no tenemos”.
Exportadores e importadores consultados ven con cuidado al instrumento.