Apariencias vs. esencia

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“No solo hay que serlo sino aparentarlo”, decían las señoras de antes para referirse a la importancia de la coherencia entre quién se es y cómo se luce.

Si nos dejamos llevar por estereotipos, los caballeros de nuestro tema de portada hoy, no podrían ejemplificar esa máxima.

A juzgar por su aspecto rudo, su barba de varios días, su pecho y brazos velludos, y su cuerpo de frondosas proporciones, son los más machos de la cuadra. Pero no. Se hacen llamar “osos” y admiten abiertamente que les gustan los hombres.

Diego Arguedas asistió a varias de sus reuniones y fiestas, y entrevistó a los líderes de la comunidad en Costa Rica, que lleva el nombre de Ticosos. De ellos hablamos en el reportaje que encontrarán a partir de la página 8.

Otros ejemplos de que a veces las apariencias engañan pueden hallarse en los relatos de cómo nacieron las expresiones más ticas de nuestra jerga y en la historia de un emblemático estadounidense de 61 años que participa entusiasta en cada edición de la Ruta de los Conquistadores.

Con su singular estampa, Heart Akerson parecía cualquier cosa menos un competidor, pero lo fue, y con orgullo admite estar mejorando sus tiempos.

Hagamos de lado la apariencia, porque lo relevante serásiempre la esencia de las cosas. Si no, que lo digan los miembros del Coro de la UCR que, en 56 años de vida, han cantado ante toda clase de públicos, con toda clase de atuendos, pero saben que son sus voces lo único que importa.