¿Por qué se ha popularizado de tal forma la tecnología 3D (tercera dimensión) en los cines y los hogares? Sin duda, se debe a que las personas perciben las imágenes como muy reales, tienen esa ilusión de profundidad, hay mayor luminosidad y mejor contraste, y hasta puede resultarles atractivo tener que usar lentes especiales.
Ahora bien, aunque no existen estudios científicos que certifiquen que el uso de esta tecnología entraña algún peligro para la vista, sí puede haber gente que sufra efectos secundarios tras estar en contacto con materiales 3D. Hablamos de mareos, dolor de cabeza, irritación ocular, náuseas, visión doble y cansancio.
La razón de estos síntomas es que no todos los ojos están capacitados para disfrutar de esta tecnología. Según el médico oftalmólogo Carlos Mora, “las personas que presentan problemas de visión binocular tendrán inconvenientes”. Quien posea ojos sanos y buen mecanismo de fusión está libre de consecuencias.
La visión binocular es la que permite que el ojo izquierdo y el derecho puedan enfocarse en el mismo objeto, para después enviar al cerebro las imágenes que captaron, unidas en una sola. El cerebro procesa la información y luego le añade a la imagen altura, ancho y profundidad.
Para lograr esto, se necesita hacer un esfuerzo sensorial, pero si existe algún problema ocular, no se calibra del mismo modo en los ojos que en el cerebro.
Según el especialista, el uso de la tecnología no es dañino, pero si la agudeza visual es muy baja, la persona no podrá disfrutar de los efectos en 3D.
Sugiere a quienes han sentido incomodidades, que se realicen un chequeo de la vista con un oftalmólogo. Si el individuo utiliza anteojos habitualmente, es aconsejable que coloque los lentes para 3D sobre sus anteojos.
El médico recomienda además que los padres lleven a sus hijos a una revisión oftalmológica cuando son pequeños (antes de los 7 años, y tan temprano como a los seis meses, si lo desean), para así detectar a tiempo problemas comunes como el estrabismo o el llamado ojo vago (pérdida de visión en un ojo provocada por la falta de uso).