José Morales habla del libro que le dio el premio nacional: ‘Fue un gran reto pasar del cuento a la novela’

Con ‘Nos descuidamos un segundo’, el escritor José Morales González, de 43 años, obtuvo el premio nacional a la mejor novela. Se trata de un libro que, con ironía, explora la xenofobia, la migración, la desigualdad y la corrupción

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La primera vez que José Morales González celebró un premio tenía 13 años. Hacía más de un año que escribía, y envió el cuento El caso de un diamante robado a la revista Tambor, que se lo publicó. Recuerda que, de la alegría, bailó por toda la casa. Treinta años después celebra que obtuvo el Premio Aquileo J. Echeverría en novela con su tercer libro publicado, Nos descuidamos un segundo (Uruk Editores, 2023). Está muy contento y honrado; esta vez no hubo baile de la victoria, aunque sí brincos de emoción y verificar varias veces en la pantalla que él era el ganador.

Para el escritor de 43 años, cuya niñez y adolescencia se desarrolló en Cañas (Guanacaste), el galardón es un logro especialmente importante porque el libro fue un enorme reto. Por primera vez se arriesgó en el género de la novela, y la transición desde el cuento fue compleja.

A este psicólogo, que se ha desenvuelto sobre todo en Recursos Humanos, escribe guiones y tiene una empresa llamada Casting Estudio, el jurado del premio le reconoció: “La novela aborda temáticas de gran actualidad y relevancia para la sociedad costarricense, sin que ello suponga que estos asuntos pierdan su carácter universal. Entre las cuestiones consideradas en el texto literario figuran el racismo, las migraciones y la desigualdad social, asuntos que son tratados siempre desde una perspectiva crítica y, en ocasiones, con ironía”.

Asimismo, el fallo destacó la verosimilitud de la trama, la buena construcción de los personajes y el buen uso de las técnicas narrativas que seleccionó el autor.

Durante una visita a su hijo en México, el escritor costarricense sacó un rato para conversar acerca de este honor, su novela, su estilo y hasta de qué va la segunda novela que ya está construyendo.

“He estado muy contento porque siento que es un logro para alguien que ha estado escribiendo una gran parte de su vida y que siempre ha admirado a grandes escritoras y escritores del país que han ganado este premio”.

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¿Qué significa este premio nacional para su novela Nos descuidamos un segundo?

Muchas cosas porque es mi tercer libro y mi primera novela. Esta novela había ganado ya otro premio del Centro Cultural de España y Uruk. Así que, desde el año pasado, estoy en estado de euforia por estos reconocimientos y ni qué decir con el premio nacional. Sé que hay mucho debate sobre los premios y eso, pero realmente el Premio Nacional de Literatura es algo que siempre había visto como un logro muy grande y, para mí, como escritor es muy importante.

“Cuando escuché la noticia estaba, sinceramente, muy, muy contento. Me tomó un poco por sorpresa, la verdad, pero he estado muy contento porque siento que es un logro para alguien que ha estado escribiendo una gran parte de su vida y que siempre ha admirado a grandes escritoras y escritores del país que han ganado este premio. Seguir sus pasos ha sido uno de mis mayores logros”.

Esta novela aborda temas como xenofobia, migración, desigualdad y corrupción, entre otros, y reflexiona sobre Costa Rica. Lo propuso para el concurso de novela del Centro Cultural de España y de la editorial Uruk. ¿Es un libro creado para premios o es un libro que tuvo otra génesis?

No. Eso es muy interesante porque, en realidad, la idea nació para una película –yo también escribo guiones–; hace ya casi 15 años que tuve la idea original. Estuvo engavetado y luego fue evolucionando la idea hasta que decidí escribirlo como novela. Eso fue hace dos o tres años y, luego de eso, salió el anuncio del premio de Centro Cultural de España y de Uruk; así que terminé de apuntalarla.

”Nació desde hace 15 años cuando, justamente, tuve ciertos encuentros muy lamentables como personas muy xenofóbicas; por ejemplo, una persona abiertamente neonazi a quien conocí en un trabajo de verano en la playa, que renunció porque se fue a trabajar al OIJ. Ese tipo de encuentros en esa época, me trajeron esa idea. Tenía muchos años con ella, pero recientemente fue que se convirtió en una novela”.

“La idea de ese libro nació desde hace 15 años cuando, justamente, tuve ciertos encuentros muy lamentables como personas muy xenofóbicas; por ejemplo, una persona abiertamente neonazi a quien conocí en un trabajo de verano en la playa, que renunció porque se fue a trabajar al OIJ. Ese tipo de encuentros en esa época, me trajeron esa idea”.

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¿Por qué se quedó guardada tanto tiempo?

Hubo otros proyectos: publiqué mi primer libro con la EUNED hace 11 años (Esdrújula es una palabra esdrújula, relatos, 2013) y estuve trabajando en mi segundo libro No necesitamos los subtítulos (ClubdeLibros, 2021), que es de cuento, que tomó un poco más de tiempo. También estuve desarrollando otros proyectos personales. Igual, es un poco mi estilo, quizá, que siempre tengo muchas cosas en el tintero, que pueden ser cuentos, novelas...

Luego de conocer a esa persona que se decía neonazi y la otra abiertamente xenofóbica, ¿cómo se materializa este texto y, sobre todo, cuál fue el principal desafío al escribirlo?

Pensé que era una película muy difícil de hacer en Costa Rica al menos en ese momento, incluso aún hoy, por las temáticas y todo sería muy caro de producir. Fue cuando me dice: ‘creo que eso tiene potencial de ser una novela’ y fue uno de los más grandes retos, porque mis antiguas publicaciones, y casi toda la vida, he escrito cuento. Fue muy difícil hacer la transición.

”La forma en como lo abordé fue pensar en cada capítulo como una especie de pequeño relato; por eso, hay mucha gente que me ha dicho que siente la necesidad de seguir pasando la página para ver qué va a pasar con el resto de la historia. Creo que esta novela toma prestada la cadencia narrativa del relato y del discurso cinematográfico; de allí, que se siente como un ritmo vertiginoso que va acompañando la historia. Para mí, fue un gran reto y quedé muy satisfecho con el resultado”.

¿De dónde surge el título? ¿Tiene que ver con un desencanto por el país y por el rumbo que ha tomado?

Por un lado, sí, pero también tiene que ver con la situación emocional de casi todos los personajes de la novela. Para quien lo lea, si pone mucha atención, se va a dar cuenta de que en la historia hay un instante en que cada personaje descubre o se da cuenta de que algo se le escapó de las manos. Entonces, viene desde allí.

”Y, justamente, también de esa sensación que hemos estado viviendo en Costa Rica en los últimos 20 o 30 años de que se nos ha ido escapando todo entre las manos. En algún momento tuvimos esa idea de la Costa Rica de bienestar social, pacífica, ecologista, etc., y hemos visto que esos y otros mitos se han empezado a derrumbar. Entonces. también tiene mucho que ver con eso; fue como un doble sentido”.

El jurado le destaca abordar estos temas con una visión crítica, así que hay una postura clara suya al respecto...

Una postura personal sí. Soy una persona que viene en un entorno rural, de clase baja y siempre en las cosas que escribo se habla mucho de la otredad y de las contradicciones que nacen desde ahí, desde temas políticos, discriminación, pobreza, etcétera, etcétera. Uso crítica sí, pero también un poco de sorna. Es un poco de ironía ante una realidad que es triste, que es frustrante.

Esto me lleva a otra pregunta, ¿cuál es su estilo al escribir? Sé que a veces no es tan fácil de definir...

Sí. De hecho, esta novela me cuesta a veces ubicarla: en esencia es un thriller, pero también tiene mucho de sátira política, incluso mucho de distopía. A veces digo en broma que lo distópico nos alcanzó porque mucho de lo que sucede en la novela lo estamos viviendo hoy.

”Estoy muy consciente de que en mi estilo siempre hay una cuestión de tratar los temas con esta ironía sin buscar una reflexión específicamente, ni buscar finales felices, ni nada por el estilo. Algo que me gusta es escribir desde lo emocional y psicológico de los personajes; entonces, busco que eso sea el ancla de la historia y, dentro de eso, la ironía y el humor sarcástico está muy presente”.

“En mi estilo siempre hay una cuestión de tratar los temas con esta ironía sin buscar una reflexión específicamente, ni buscar finales felices, ni nada por el estilo. Algo que me gusta es escribir desde lo emocional y psicológico de los personajes; entonces, busco que eso sea el ancla de la historia y, dentro de eso, la ironía y el humor sarcástico está muy presente”.

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Casi siempre el humor es un medio... En este caso, ¿un medio para qué?

Es como una forma de presentar una realidad que podría ser muy cruda, como las que se presentan en la novela.

”Si lo pensamos narrativamente, podríamos decir que es un mecanismo de defensa del escritor para matizar la forma en la que un tema se está presentando al lector. Es una buena pregunta, nunca lo había pensado a fondo, pero definitivamente tiene que ver mucho con esas ganas de no solamente escribir cosas que pueden parecer muy oscuras, sino que tengan ese matiz”.

Usted es psicólogo. ¿Cómo le ayuda esta carrera a su literatura y también qué obstáculos le pone? No sé si es una relación tensa.

Sí (ríe). La carrera de Psicología me dejó muy claro entender que una persona no es como es porque le da la gana, sino porque hay ciertos influjos dentro de su vida que tienen que ver con su situación geográfica, su situación económica, sus creencias políticas y religiosas... Todo eso afecta, por ejemplo, la forma en que una persona toma decisiones o cómo piensa. Eso me parece demasiado rico a la hora de escribir. Entonces, suelo escribir mucho desde la verdad psicológica de un personaje; creo que el reto está en que yo, como escritor, no juzgue al personaje sobre cosas que quizás yo como psicólogo podría intuir sobre alguien.

”Eso ha sido muy interesante y siempre lo he plasmado. Exploré mucho este tema en mi segundo libro, que se llama No necesitamos los subtítulos, que es de cuentos. Ahí quedó muy marcado ese estilo de hablar desde esa presentación psicológica del personaje, como esta fuerza que empuja al personaje a través de la historia. Me ha funcionado mucho para escribir cuento y, a la hora de escribir la novela, fue mucho más interesante porque hay una evolución mucho más grande en los personajes, en la historia y en cómo les afecta. Las personas que lean la novela van a poder encontrar cómo esas contradicciones generan mucha tensión dentro de la historia y entre los personajes. Son tensiones que contribuyen mucho a la historia y tienen influencia en el desenlace mismo.

”Como escritor trato de no juzgar o de no meterle trampas al personaje para que haga lo que a mí me gustaría que hiciera, sino más bien preguntarme qué haría este personaje”.

¿De qué va la segunda novela, que ya está escribiendo?

Va a ser un poco más similar a la línea de mi segundo libro. Va a haber una exploración sobre la soledad, el encuentro y desencuentro con otras personas y con otras situaciones, pero sí va a tener muchas de las contracciones que siempre me gusta explorar en lo que escribo.