Vica Andrade:‘Hay cosas que no quiero mostrarles a mis hijos’

La costarricense es una madre que le dedica todo su tiempo a la familia, a la cual protege de lo que la pueda dañar

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Dicen que los 40 años, son en realidad los nuevos 30. Para la conductora y modelo costarricense Vica Andrade, significa una nueva etapa y la posibilidad de hablar con franqueza acerca de su pasado, sus errores y lo que ha conquistado.

El llegar a los 40 años representó, entre otras cosas, dejar guardados en un cajón sus famosos calendarios y cruzar por algunos momentos de inseguridad para convertirse en la mujer renovada que es ahora.

Llegar a donde se encuentra no ha sido fácil. Vica ha tenido que pedirle perdón con su hijo Sean (21 años), fortalecer la relación con su esposo Guillermo del Bosque y terminar de construir fantasías con sus otros hijos: Luca (8 años), Luna (5) y Coral (2).

Se dice fácil, pero lograrlo ha sido lo difícil. Para esta mujer fue todo un renacer el llegar a México, quizá porque allí finalmente encontró el tesoro que más añoraba en la vida: ser una mujer plena, segura y estar rodeada por lo que ella define como un amor verdadero.

¿Qué significa para usted llegar a los 40 años?

Es un número muy importante (ríe). Siempre se ha visto como un número muy fuerte y pesado, pero creo que, en esta época, eso ha cambiado, porque vemos a muchas mujeres de esta edad muy bien mantenidas. La verdad siempre me asustó un poco, pero ahora que llegué me siento muy bien y lo estoy recibiendo de una forma muy positiva. Lo digo bromeando, pero quiero envejecer con dignidad (ríe).

¿A qué le temía?

Era el miedo natural que siente cualquier mujer. Precisamente, por esas ideas implantadas de que desde niña ves a tu tía con esta edad y era aseñorada, con un comportamiento diferente. El que tengas 40 años no necesariamente significa que tengas que verte como una señora mayor y actuar como tal.

Al recordar su pasado y vivir este presente, ¿qué siente?

Pues la verdad siento un agradecimiento muy grande por todo lo que viví, porque eso me llevó a donde estoy ahorita. Valoro muchísimo lo que estoy viviendo en estos momentos, porque este día a día es lo que tengo hoy en cada una de mis manos. Sé que lo que viene son solo cosas maravillosas para mí y para toda mi familia .

Cuando inició su carrera, ¿se visualizaba a esta edad y con esa sensación de plenitud?

Por supuesto que no. En ese momento, había una gran incertidumbre y muchísimas interrogantes, en todos los sentidos. En especial, por la edad y las circunstancias que estaban alrededor de mí en ese momento. La verdad, no tenía la seguridad de ni siquiera saber qué iba hacer con mi futuro. Pienso que en ese momento había muchísimo que aprender y tenía mucha inestabilidad en la parte emocional, y en mi vida en general”.

¿Qué la hizo salir de allí y lograr esa estabilidad?

No fue fácil, porque fue un proceso de años y bastante largo. Es difícil a veces romper muchas cadenas (piensa). Creo que el enfrentarme con México, en el sentido profesional, fue un momento en el que me tuve que disparar en muchos sentidos. Enfrentar México, fue enfrentar retos y desafíos fuertes. Me hizo madurar muchísimo.

¿Cuál fue el principal reto?

Enfrentarme con un público como el de México, que es muy grande y difícil, que es muy agradecido, pero que quiere saber qué es lo que ofreces y cuáles son tus talentos (ríe). Sobre todo, viniendo de un país como Costa Rica, que no tiene una industria tan grande como esta. Eso fue lo que me hizo crecer y enfrentarme conmigo misma y cuestionarme si tenía o no la madera de estar aquí y dar la talla.

¿Se arrepiente de algo?

Creo que de lo que siempre me arrepiento es de no haber estado con mi hijo Sean, con el tiempo que no le pude dar, porque fue al principio de mi carrera. Creo que ese tiempo fue muy importante para él y yo estaba concentrada en otras cosas. Ahorita, me doy cuenta de la falta que le hice. Me arrepiento tanto de esa ausencia, que eso es lo que me mueve a querer estar con mis hijos en todo momento y dejar de lado mi carrera. Eso ha sido muy difícil para mí, sobre todo afrontarlo. Sí, en ese momento, luchaba por mis sueños, pero fui muy egoísta y no quiero volver a repetirlo. Yo quiero estar para ellos en todo momento. Le he pedido perdón (a Sean) muchísimas veces.

¿Cómo recuperó ese tiempo con su hijo mayor?

En conversaciones, pasando más tiempo con él. A veces, cuando llega la adolescencia uno cree que no es tan importante estar allí. Para mí, es al revés, porque trato de estar y aconsejarlo lo mejor que pueda, pero, sobre todo, de estar y atenderlo. Para mí, él es mi mejor amigo, pero sigo siendo su mamá y, si lo tengo, que corregir lo hago. Siempre estamos demostrándonos el amor que sentimos por el otro. Él tiene su camino ya, porque está de lleno estudiando fotografía y lo admiro por eso y siempre será así.

Mencionó el tema del modelaje en su vida. ¿Les muestra a sus hijos los calendarios que hizo?

(Ríe) No. Esas son cosas que las tengo guardadas en un cajón con llave (bromea). No porque me dé pena, porque a veces lo veo y me digo que el trabajo físico que hacía antes era muy fuerte. Como abuelita, a veces busco en el cajón de los recuerdos y ver como era yo (ríe), pero tampoco es de tenerlos pegados en mi pared. Hay cosas que no quiero mostrarles a mis hijos, porque me da mucho miedo que ellos quieran hacerlas el día de mañana. En cuanto a ese tipo de cosas, como los calendarios, por ejemplo, son cosas del pasado y, con respecto a ellos, no me gustaría que mi hija me dijera el día de mañana que tiene las ganas de hacer algún calendario.

Has dicho que su realización es al lado de tu familia. Sin embargo, ¿en dónde quedan las ganas de seguir haciendo televisión?

Siempre lo cuento de esta forma: cada vez que pongo un pie fuera de mi casa, por alguna razón Dios me regresa a mi hogar. En este momento, para mí, la labor más importante es estar al lado de mi esposo y mis hijos. Me llama mucho la atención el querer hacer algo en la televisión, pero siempre llego a la conclusión de que es más por ego y vanidad. Ellos son mi centro.

¿Algún proyecto para el futuro?

Luego de algunas conversaciones, me doy cuenta de que sí me gustaría retomar mi carrera. Hay un proyecto de hacer un canal de televisión en Internet y creo que voy a participar en él. Es algo que me gusta y me ilusiona, porque siempre he dicho que me encantaría hacer algo relacionado con la mujer. Ahorita, me gustaría enfocarme en apoyar y desarrollar ideas que ayuden a comprender muchas cosas que vivimos. Compartir lo que sabes es muy importante y no es que yo tenga respuesta para todo, pero la experiencia me ha dejado muchas lecciones. Por ejemplo, ahora aprecio el valor de tener un matrimonio estable y la importancia de la verdadera unión en la familia.

Si hoy se pregunta a sí misma, cómo se siente, ¿cuál sería su respuesta?

En los últimos años, cuando me hacen esa pregunta, siempre digo que me siento realizada. Ahorita, me gustaría cambiarla y decir que me siento amada. El sentirme amada es algo que me costó muchísimo tiempo comprenderlo, pero sobre todo aceptarlo. El creer que soy amada y el aceptar que sí soy valiosa como mujer, hace que ahorita sienta cosas preciosas en mí. El decir que ahora me siento valorada y amada, me cambió la perspectiva de la vida por completo.