Tony Soprano: el mafioso que llevó a James Gandolfini al estrellato

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Anthony Soprano fue iniciado por su padre en el mundo de la mafia para prepararle el camino como jefe de la familia.

Después de la muerte de su progenitor, asumió el rol como jefe, apadrinado por varios de los socios de su padre y por su tío Conrado Soprano.

Según la biografía de Tony, publicada en el sitio web de HBO , de joven vivió una vida rodeada por la violencia; vio cómo su padre asesinaba y torturaba a sus deudores y sufrió en carne propia el desprecio de su madre.

Después de llegar al poder, aplicó lo que había aprendido en su juventud y se convirtió en el despiadado jefe de la mafia más grande de Nueva Jersey; formó una familia e internó a su mamá en un asilo para ancianos. Ella, después, intentaría matarlo.

Quitó del camino a todo aquel que se interpusiera en sus negocios. Así eliminó a su primo Tony B y a su más cercano y querido amigo Sal Bonpensiero.

Sin embargo, todo ese poder no era suficiente para que el inmortal Tony Soprano viviera cómodamente sin problemas o conflictos familiares.

Su familia le generaba muchas presiones: tiene problemas con sus hijos Madow y Anthony Jr. y estuvo a punto de divorciarse de su esposa Carmela, tras muchos años de serle infiel a ella.

Todo esto lo llevó a buscar ayuda y conoció a la doctora Jennifer Melfi, su terapeuta. A Melfi intentó seducirla; sin embargo, para ella son más importantes los constantes ataques de ansiedad de su paciente.

James Gandolfini supo llenar los zapatos de Tony Soprano, y con elegancia y grandilocuencia se apropió del personaje para convertirlo en el más grande mafioso de la televisión.

Otras facetas. Más allá de estar encasillado en un papel como gánster o matón, Gandolfini aprovechó su habilidad en la actuación para interpretar otros papeles, que lo colocan como un actor polifacético en la industria del entretenimiento.

En Perdita Durango (1997), un filme español de humor negro, amor, sexo y acción, interpretó a Dumas y trabajó al lado de Javier Bardem.

Para el año 2001, encarnó al cruel coronel Winter, director de una prisión militar en The Last Castle junto a Robert Redford.

El género del thriller no quedó por fuera, y en el 2009 compartió créditos con Denzel Washington y John Travolta en The Taking of Pelham 123.

Su última producción cinematográfica fue en el género de comedia junto a Steve Carell, en The Incredible Burt Wonderstone , estrenada en Estados Unidos en marzo de este año, y que a Costa Rica aún no ha llegado.