Zapping: Rusia 2018 y la TV, lo bueno, lo malo y lo feo

Con el Mundial ya en el espejo retrovisor, repasemos los altos y bajos de cómo lo vimos en la pantalla chica (y en la del celular)

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Mejor anuncio: Toda la campaña VARR de Davivienda. Si bien se trató de un esfuerzo de comunicación regional que se empleó en varios países, en Costa Rica se sintió como propio. Sin necesidad de ser el banco oficial de la Sele, Davivienda logró, con ingenio y humor, colocarse como el ganador en la categoría de entidades financieras durante las transmisiones mundialistas.

Peor anuncio: Celso Borges se toma una Coca-Cola previo a un partido. Todo estuvo mal con esto: empezando por el desactualizado look del jugador (lo que evidenció que la grabación se hizo muchos meses atrás) y, peor aún, el sugerir que un deportista de alto rendimiento puede tomarse un refresco gaseoso previo a un encuentro deportivo (no imaginamos a Celso en un puro eructo en medio de un juego mundialista).

Comentarista más valioso: Claudio Ciccia. Mucho y positivo se ha dicho sobre el notable desempeño del exgoleador uruguayo desde los micrófonos y todo es cierto. El charrúa mezcla en sus apreciaciones no solo conocimiento técnico (que le sobra), sino calidez, excelente dicción y prudencia. Desde Hernán Morales no recuerdo un comentarista tan atinado y útil durante una transmisión de fútbol en directo.

Comentarista que pagó los platos rotos: Everardo Herrera. Fue inevitable, pues a medida de que el perfil de Ciccia se elevó, las baterías se enfilaron hacia La garganta llena de fútbol. Everardo es un clásico, con todo lo bueno y malo que eso implica y, en ocasiones, sus comentarios se adentran peligrosamente en lo desconcertante y risible. A la vista de lo ocurrido en este Mundial, la lógica casi que obliga a perfilarlo como el Pemberton de Teletica Deportes, asumiendo que Ciccia termine por ganarle, con mérito, la titularidad.

Gol de chilena: Juan Vainas y Chibolo. Si bien soy de quienes no tienen en alta estima el humor “campesino” de este dúo de comedia, he de reconocer que su inclusión en la tropa que envió Teletica a Rusia dio buenos resultados para el canal. Su rutina de “pez fuera del agua” tuvo eco en el público y la mejor prueba está en la avalancha de memes generados a partir del ‘Ah pecadito’ de Chibolo.

Mano en el área: Kristian Mora. El narrador y periodista cometió penal durante Mundial, no tanto por su trabajo en micrófonos (ya todos nos resignamos a siempre escucharlo decir Guol), sino por el triste episodio protagonizado primero en redes sociales y, luego en distintos programas, cuando se quejó de haber sido marginado del equipo enviado a Rusia por Teletica e indirectamente criticó que sí se tomara en cuenta a humoristas. Después le bajó el tono al asunto y se prestó a promocionales “humorísticos” con los personajes de Mauricio Astorga y Juan Vainas y Chibolo. Al final, todo pareció más una muy bien calculada estrategia de promoción para los humoristas por parte de la televisora (y funcionó, con amplia cobertura de parte de otros medios), y Kristian sirviendo con el chiste frecuente de aquellos.

Fichaje en deuda: Johanna Solano. La exreina de belleza llegó con altas expectativas a la conducción de la Revista Mundialista –precedida por su trabajo en la televisión mexicana–; sin embargo, al final no tuvo mayor incidencia en el programa. Vale aclarar que Solano no fue la única que quedó debiendo en la RM, pero su caso destaca por lo rimbombante de su fichaje. De hecho, Kristian Mora (quien pareciera trabajó 24 horas todo el Mundial) fue el que se echó al hombro la revista nocturna, mientras que Édgar Silva (muy fuera de su elemento) aprovechó el espacio más como calentamiento de cara al regreso de Las paredes oyen y Keyla Sánchez nunca encontró su razón de estar ahí (ni nosotros tampoco).

La promesa juvenil: María Jesús Prada. Teletica envió una decena de periodistas a Rusia y fue Prada quien entregó los mejores resultados. Sus notas sobre Rusia, su gente, historia y cultura tuvieron rigor, además buscaron ángulos nuevos y llamativos. Su olfato para los buenos temas ya había quedado en evidencia previamente en 7 Días.

El gran ganador: TD+. Teletica tomó enormes riesgos cuando compró en exclusiva los derechos del Mundial, pues sabido es el enorme costo de dicha licencia. En La Sabana usaron la oportunidad para consolidar su televisora menor, TD+, una ambiciosa plataforma de contenidos que incluye no solo transmisiones deportivas, sino también ficciones originales, documentales, espacios de humor, una agresiva estrategia de redes sociales y la adopción de posturas ideológicas (como la celebración de la diversidad LGBTI, impensable en un Teletica que aún pasa el Ave María y elevó al Padre Minor a la fama). A todo lo anterior sumemos el lanzamiento de una plataforma de streaming criolla, con plan de suscripción pagada.

Jugada de pared: Movistar. El operador de telefonía ofreció en exclusiva para plataformas móviles todos los partidos, sin que eso le implica a sus clientes consumo de datos: mejor, imposible. La estrategia, desde luego, era consolidar su plataforma de valor agregado Movistar Play y no es casualidad que apenas terminó el Mundial la compañía lanzara dentro de ese servicio su canal de Movistar Series, cargado de producciones de ficción originales y españolas. Bien jugado.

Mejores figuras coleccionables: Dos Pinos. Durante el Mundial se lanzaron en el país dos líneas de figuras coleccionables: la oficial fue la de los Minigols –figuras de futbolín basadas en jugadores de la Sele y que fueron exclusividad de las tiendas Monge– y la de los personajes de Dos Pinos en modo fiesta mundialista. Al final, por calidad en sus acabados, sin duda que la de los lecheros resultó mucho más llamativa (además de que el gris desempeño de la Sele no ayudó mucho a la causa de Monge).

El patrocinio más extraño: Joel Campbell y Muebles Crometal. El Mundial es la temporada de caza de las marcas, que se lanzan sobre los jugadores y, según su presupuesto, los reclutan para promover sus productos o servicios. De todos los patrocinios que vimos durante estos meses, sin duda el más difícil de entender fue el del artillero Joel Campbell y la firma de muebles de oficina Crometal. ¿Cuál relación podía haber entre uno y el otro? Aún estamos digiriéndolo.

Expulsado: El tico en redes sociales. Costa Rica mostró, sin rubor, su lado más detestable y preocupante en redes sociales durante el Mundial, especialmente por los ataques personales e insultos para figuras como Óscar Ramírez y Johan Venegas. El desempeño deportivo es sujeto de escrutinio, sin duda, pero muchos costarricenses –amparados en la cobarde impunidad que da Facebook– volcaron todos sus complejos e inseguridades hacia el Macho y Venegas, al punto de que algunos imbéciles incluso amenazaron a las familias de estos. Una vergüenza que como país debemos asumir y discutir.

El marginado: Repretel. Ni modo. El que casi toda esta columna esté relacionada con la cobertura de Teletica es inevitable, pues la exclusividad de los derechos de transmisión propició que durante el Mundial nos concentráramos por entero en lo que se decía desde La Sabana, olvidándonos de La Uruca. Esas cosas pasan.

La sorpresa: La Sele. Sí, la Sele, la Selección Femenina, que mientras estas líneas se escriben están ganando su pase a la final de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Rusia 2018 nos secuestró en exceso la atención, tanto que olvidamos por completo que estas muchachas hacen mucho, con menos. Sin los divismos de, digamos, Christian Bolaños, las ticas trabajan con poco (con lo poco que les damos) y no dejan de sorprendernos. Obligados por sus méritos, ojalá pronto giremos la vista y les demos una atención igualitaria.