“Yo soy Espartaco"

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Así como los esclavos tracios se rebelaron en el 73 a.C contra la opresión romana; de la misma manera Kirk Douglas lideró una batalla por la libertad de expresión en Hollywood.

Ese derecho estaba conculcado por el gobierno; los traidores y soplones socavaban la democracia americana, pero el espíritu rebelde del actor atajó a los cazadores de brujas.

Sin tapujos, sin telones ni abismos, Douglas mostró su alma en diversas entrevistas con la franqueza propia de quien nunca vendió sus ideales; aunque tal vez no logró todo lo que anhelada: "¡Por lo menos traté!"

¿Existe el sueño americano? "Hace un siglo, Estados Unidos era un ejemplo de esperanza para el mundo. La vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad no eran clichés, sino ideales. Cualquier niño podía llegar a ser presidente. Hoy en día, pocos chicos o chicas –en realidad– sueñan con eso. El sueño americano se ha convertido en la fama rápida y la fortuna fácil, no en el servicio público y el trabajo duro".

¿Usted tenía esa ilusión? "Cuando empecé, yo solo pensaba en lo que era bueno para mí. Al igual que muchas estrellas de cine, me envolví en mí mismo. Cuando me quitaba el envoltorio, me envolvía en el personaje que estaba representando".

¿Cuándo cambió de actitud? "Se produjo de repente cuando oí estas palabras pronunciadas por el presidente Kennedy en su discurso de toma de posesión en 1961: No preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregunta qué puedes hacer tú por tu país. Fue un momento de claridad para mí, como si alguien le hubiese dado al interruptor y las luces se encendiesen".

¿Solo los famosos pueden ser luchadores? "No hace falta ser una estrella de cine para defender la libertad humana básica. La lucha contra la opresión y la tiranía representada en Espartaco sigue existiendo en todo el mundo, desde Siria a Egipto y a Irán.

¿A qué se debe tanta división en el mundo? Creo que es consecuencia del fanatismo religioso. El hombre no fue puesto en la tierra para decirle a Dios lo grande que es. Él no necesita nuestra ayuda. Al estudiar la historia, te encuentras con que millones de personas han muerto a causa de las discrepancias religiosas basadas en la falsa ortodoxia y no la genuina espiritualidad.

¿Tuvo amoríos con Marlene Dietrich? ¡Eso no es de su incumbencia! Marlene ¡Qué muchacha! Quiero decir que era guapa, sexy, erótica. Parecía un ángel. Pero era también una verdadera ama de casa. Uno podía divertirse mucho con ella.

¿Era mejor el cine de su tiempo? Entonces la técnica no era lo más importante, sino los personajes y la historia. Por supuesto que hoy también se hacen buenas películas, pero a menudo todo ese galimatías digital arruina el trabajo de los actores.

¿Cómo se imagina el más allá? Uno se muere, lo llevan frente al barbudo sentado en el trono, uno pregunta si eso es el cielo y el barbudo responde: ¿El cielo? De ahí acaba de venir, caballero.