Y ocurrirá lo inevitable: el fin de ‘The Big C’ en HBO

La historia de la joven madre y maestra diagnosticada con cáncer termina como empezó: realista y maravillosa

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Tras una espera que se hizo eterna, por fin llega a su final la agridulce lucha de Cathy contra el cáncer, en la cuarta y última temporada de la serie con la cual Laura Linney se ganó un Globo de Oro: The Big C. La también tres veces nominada al Oscar, se mete por última vez en la piel de Cathy para poner el merecido broche de oro a esta historia que se atrevió a mirar de frente a un tema delicado, a base de optimismo, humor negro, tristeza, ironía y, sobre todo, muchas ganas de saber aprovechar la vida.

Aunque la incertidumbre imperó tras el final de la tercera temporada, cuando muchos de los fans daban por un hecho que el cierre tenía todo el rostro de capítulo final, a la postre Showtime anunció, casi por sorpresa, que la “dramedia” había sido renovada exclusivamente para darle el réquiem y pasar la página.

La serie estuvo al aire a partir del 2010, cuando a Cathy Jamison (Laura Linney), una madre de familia, le diagnostican un agresivo cáncer, por lo que se verá obligada a modificar algunos de sus hábitos, lo cual, paradójicamente, contribuirá hasta cierto punto a mejorar su vida. Con un elenco de coprotagonistas maravilloso, encabezado por Oliver Platt (Paul, el inmaduro marido de Cathy), la serie pronto fue objeto de culto, a pesar de que la trama presagiaba, como era lógico, que se trataba de un extraordinario experimento con fecha de caducidad.

Ciertamente, a las alturas de la tercera temporada hubo un bajón de audiencia, y hubo quienes criticaron que las aventuras de vida de la moribunda Cathy se habían vuelto un tanto surrealistas, por decir lo menos.

Esto ocurrió a pesar de la incorporación de la laureada Susan Sarandon, en unos cuantos episodios de la temporada en cuestión.

Como sea, los ejecutivos de la cadena productora se propusieron ser consecuentes con lo que ocurrió al principio de la saga, y tomaron medidas para ello.

Es por eso que esta cuarta temporada va a ser diferente: si bien la tercera solo tuvo 10 episodios, esta última va de un tirón: son cuatro, pero la buena noticia es que la duración de cada uno es de una hora.

A no dudarlo, una excelente noticia para quienes veían pasar con angustia la media hora de los episodios iniciales, que además eran sencillamente atrapantes.

Los creadores han generado expectativas en el sentido de que el humor negro –aunque nunca tremebundista– seguirá presente, pero habrá ya una recta final más realista, en consecuencia con lo que ya se ve venir.

De hecho, la última temporada se titula “Hereafter”, jugando con el significado del concepto que sirve para denominar al Más Allá y al mismo tiempo puede ser traducido como ¿a partir de ahora?, esto según la explicación del prestigioso sitio vayatele.com.

Es que ese es justo el punto de inflexión en el que se halla Cathy.

Pero la vida sigue y, por eso, se incorporan al reparto de la serie Kathy Najimy, la peculiar psiquiatra que ayuda a Cathy con los nuevos retos que se le presentan, y el diseñador de moda Isaac Mizrahi, quien se interpreta a sí mismo como mentor de Andrea (Gabourey Sidibe) en su carrera por dedicarse a su sueño.