Para True Blood , el camino a la tumba ha sido una prolongada celebración. La noche de este domingo 24, cuando acabe, se despedirá como la tercera serie más vista de HBO (tras Los Soprano y Game of Thrones ): comienza el doloroso desprendimiento de un vicio para millones de fans, pero la crítica sentencia que ya era hora.
La combinación fantástica de horror y erotismo sedujo a más de 13 millones de televidentes cada episodio. Nos trajo algunas de las escenas de sexo más memorables de la televisión , pero también a Sookie (Anna Paquin), odiada y amada en partes iguales por los seguidores de la serie. Hubo placeres para todos los comensales, aunque algunos fueran inevitablemente culposos.
Los vampiros y humanos de Bon Temps, Luisiana, han vivido confrontaciones sobrenaturales, la aparición de la sangre sintética, hadas y lobos, persecuciones políticas de los vampiros y el mortífero virus Hep V. Con todo esto teñido de la sangre de brutales romances, la receta deleitó y frustró a la vez.
Cuando hagamos la autopsia de la serie, determinaremos qué fue lo que nos mantuvo pegados a la pantalla hasta el final. Si no se sintió tentado de verla hasta ahora, podrá verla completo en HBO Go, la plataforma digital del canal donde se encuentran todos los episodios.
Tensión mortal. El penúltimo episodio, Love Is To Die , estuvo lleno de impresionantes revelaciones, la reconciliación de una pareja y una decisión fatal de Bill (Stephen Moyer). Queda pendiente saber si Sookie podrá vivir o no sin Bill y ver cómo manejarán Eric (Alexander Skarsgård) y Pam (Kristin Bauer van Straten) su relación con el tenebroso Mr. Gus (Will Yun Lee). El desenlace lo conoceremos en Thank You , un episodio que promete intriga y drama.
The A. V. Club no se guardó dardos en su crítica del penúltimo capítulo: “ True Blood ya no tiene una historia que contar. Esta última temporada ha sido en gran parte sin trama, dependiente de miniarcos inconsecuentes e interacciones entre personajes que intentan sostener cualquier narrativa restante”.
Es cierto que a True Blood la afectaron ratings en declive – aunque fueran altos– y la salida de Alan Ball, su director original, antes de la sexta temporada. También es innegable que fue, por unos años, tema de conversación obligatorio entre los seguidores de las series.