Tecnología: Cuidado con los tornamesas portátiles

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Los vinilos están oficialmente de vuelta. Ese fue mi primer pensamiento cuando fui al supermercado y vi varios discos en un estante junto a los chicles y mentas para el aliento.

Para mí y para muchos fans de la música, son muy tentadores, no solo por tener la portada de nuestros discos favoritos en grande, sino por la experiencia que supone sacar el disco y ponerlo en un tornamesa. Pero claro, en la mayoría de las casas ya no hay tornamesas.

Aquí es donde entran a jugar las opciones portátiles. Marcas como ION y Crosley ofrecen tornamesas de muchos colores y a precios más asequibles que los equipos profesionales, pero esta aparente sencillez termina complicando las cosas.

Esto lo aprendí por las malas. Durante un viaje, encontré una Crosley a $100 y debo admitir que no podía creer su precio ni su apariencia.

La comodidad me tentó y, además del aparato, compré un par de discos (¿ya mencioné que estaba emocionado?). Tan feliz estaba de haber encontrado una opción barata, que lo compré y lo llevé a la casa sin probarlo.

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Mi modelo portátil, como otros, tiene parlantes incorporados y una salida de audio para conectar audífonos o parlantes.

Probé primero los parlantes incorporados y aunque sonaba encajonado, funcionaba. Luego lo probé conectando unos parlantes y el sonido mejoró sustancialmente, aunque no sonaba nítidamente, claro. Los tonos bajos de las canciones nunca sonaron bien y también noté que los movimientos suaves en la superficie donde estuviera el tornamesa hacían saltar la aguja con mucha facilidad.

Las sospechas de que adquirir este tornamesa portátil no había sido la mejor decisión crecieron cuando le conecté los audífonos y percibí que sonaba muy saturado. En Internet me di cuenta de que esto era normal. La aguja que usan estos tornamesas no es la mejor.

A medida que me encontraba con más datos en Internet, me iba asustando aún más. El brazo que sostiene la aguja del tornamesa pueda dañar los discos. ¿Dañar mis discos? Sí, al no tener un contrapeso correcto, mi tornamesa podría “caer” sobre el vinilo con más presión de la necesaria y podría dañar los discos, a mediano plazo.

En la mayoría de los tornamesas portátiles no existe este sistema de contrapeso o la opción de ajustar la presión En las Crosley en particular, la presión de la aguja llega a los cinco gramos, cuando lo ideal son tres.

Es lógico que los tornamesas portátiles sean populares. Son los más baratos, más coloridos y más fáciles de conseguir. Pero no son la mejor opción para reproducir los vinilos que queremos escuchar con una buena calidad de sonido ni, sobre todo, la mejor opción para conservar la integridad de la colección. Nosotros (y nuestros discos) nos merecemos un mejor trato.