Dice un amigo muy querido que, cada año, pasan tres cosas inevitables: la vez que te engripás, la vez que te cae un aguacero encima y la vez que se te estropean los audífonos. No se conoce sentencia más acertada.
Lo peor del caso es, creo yo, la muerte lenta y dolorosa de uno de los dos audífonos. Comienza con bajonazos de volumen; luego, el hormigueo. Finalmente, un buen día, el estéreo deja de funcionar y es como si la mitad del universo se hubiera quedado muda.
Hace solo un par de semanas, comenzó la muerte lenta de los audífonos originales de mi iPhone y supe, con pesar, que pronto tendría que hacer esa inversión anual que sigue a las tres desgracias que mencionaba mi amigo. Hasta hoy, nunca he hecho mayor inversión en los que utilizo y, corriendo el riesgo de quedar como un ignorante, los que incluye el iPhone me parecen realmente hermosos y me dan lo que quiero.
Sin embargo, la oferte allá afuera, para quienes desean aventurar, es jugosa y variada.
En los últimos años, los audífonos de diadema han cobrado particular fuerza, sobre todo impulsados por el alud mediático de Beats by Dre, la marca del legendario rapero y que fue adquirida por Apple hace un año.
Aunque su fama es muy superior a la de cualquier competidor, lo cierto es que, de acuerdo con muchas revistas y sitios web especializados en el tema, esa fama no corresponde necesariamente con la calidad de los productos.
No hace mucho, el sitio de tecnología CNet publicó su lista de los mejores audífonos del año y colocó en la cima el modelo MDR-1A, de Sony, que cuesta hasta $300 en Amazon.
También destacaron los QuietComfort25, de la compañía Bose, cuyo precio también puede alcanzar los $300.
Mientras tanto, en el reino de los audífonos individuales, los costos se reducen dramáticamente. De acuerdo, la calidad de sonido es menor y menor, sobre todo, es también la capacidad de cancelar el ruido externo.
En ese apartado, las listas de popularidad apuntan a los Momentum, de Sennheiser, como los número 1, por apenas $80 en Amazon.