Este es un gran momento para ver tele. Lejos ya del imperio de las grandes cadenas, las producciones de los canales de cable y de emisiones en continuo a través de Internet se llevan el prestigio de lo mejor que se produce actualmente en la televisión de habla inglesa.
Las grandes organizaciones que dan las palmadas en la espalda en Estados Unidos han tardado en reconocerlo. Llegan tarde a la cita con las producciones para Internet, pero han sabido llegar.
Así lo atestiguan las más recientes nominaciones de los Globos de Oro en el apartado televisivo. Aún este capítulo no recibe tanta atención como los parientes ricos del cine, pero también ya ha dejado de ser la Cenicienta de los premios para convertirse, eso sí, en los parientes cool .
Pasado y presente. Hace 15 años, tres de las cinco series dramáticas nominadas en los Globos venían de las cadenas de televisión abierta NBC, CBS, ABC, y dos venían de los servicios de cable, que ya empezaban a ponerse insolentes con series como la ganadora, Los Soprano , y el drama político de Warner The West Wing .
Ya para entonces, aquello era mal augurio para la tradición televisiva de Estados Unidos. Este año, solamente The Good Wife , de CBS, representa a las cadenas comerciales de televisión abierta entre lo mejor a los dramas televisivos (aunque no se puede obviar la nominación a la maravillosa Downton Abbey , de la digna y sin fines de lucro PBS).
En el resto del quinteto aparece Game of Thrones , de HBO, y la nueva The Affair , de Showtime. Sin embargo, de lo más notable es que, por fin, aparece en la contienda el thriller político House of Cards , de Netflix, el servicio de emisiones en directo por la web.
El apartado de comedia acusa mayores vientos de cambio. La veterana cablera HBO compite con Girls y con Silicon Valley ; pero otras dos series vienen de la televisión para Internet: Orange Is the New Black (Netflix) y Transparent (Amazon). Una mención aparte merece la nominación de la marginal y enredada comedia Jane the Virgin (de la cadena The CW), la cual está basada vagamente en la telenovela venezolana Juana la Virgen .
Más que quienes aparecen, las recientes nominaciones son reveladoras por quienes no aparecen. En años pasados era común que The Big Bang Theory ( CBS), y Modern Family (ABC) brillaran en algún momento. Sin embargo, esta vez solamente lo hacen por su ausencia.
Otro signo: la cadena NBC solo hará su aparición en los premios por la nominación de James Spader como mejor actor en la serie The Backlist .
El cartel se refresca. La premiación de los Globos –que será el 11 de enero– vendrá con los aires de grandes series novatas, justamente como The Affair , Transparent y Jane the Virgin .
Medio y mensaje. El cambio en los medios por los cuales las audiencias tienen acceso a lo mejor de la televisión puede parecer una mutación estética. Después de todo, ¿qué importa que yo pueda ver House of Cards por Netflix, por cable o con una antena de conejo?
Lo cierto es que el cambio importa, y mucho, porque la forma en la cual podemos acceder a estas obras televisivas tiene un efecto en el tema y el tono que los productores usen.
Durante años, las grandes cadenas dominaron con la oferta de series que, por obligación, debían ser exitosas entre la mayor cantidad posible de personas. Debido a su distribución masiva, los ejecutivos debían apuntar al mínimo común denominador: humor, drama o acción de fórmula.
La televisión de hoy o, mejor dicho, las nuevas formas de ver televisión hoy en día han permitido crear programas dedicados a un público que antes se consideraba más marginal, y que hoy simplemente se considera una audiencia diferenciada.
Ello ha permitido tomar riesgos y, por fin, las grandes organizaciones que dan los espaldarazos, como los Golden Globe Awards, han sabido premiar esta aventura.