Richard Burton, la cara bonita del cine de Semana Santa y el gran amor de Elizabeth Taylor

El actor protagonizó dos filmes clásicos de los días santos: ‘El manto sagrado’ y ‘Cleopatra’. Su voz poderosa, ojos de color azul y talento para la actuación lo convirtieron en una estrella inolvidable

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La película El manto sagrado narra la historia de un tribuno de Roma cuya mente se ve atormentada después de la crucifixión de Jesús. El peso de la culpa y de la túnica santa con la que vestía Jesús antes de morir, cayeron sobre él. El rostro trastornado de Richard Burton quedó grabado en la historia del sétimo arte en una de las escenas más impactantes del filme: cuando él reconoce lo que hizo.

En Cleopatra, el artista nacido en Gales, Reino Unido no solo interpretó al gran Marco Antonio y toda la historia detrás de este personaje, sino que también enamoró a la reina de Egipto y, de paso, a la gran Elizabeth Taylor, quien interpretó a la soberana. Richard Burton se convirtió en el gran amor de Taylor en la vida real y en la ficción.

Entre una y otra película hay 10 años de distancia. Para El manto sagrado (1953), Burton tenía poco tiempo de ser actor, antes había trabajado en dos títulos cinematográficos, en el teatro y la radio. Su voz profunda y particular estilo de locución le dio gran fama; hasta el día de hoy sigue siendo tema de estudio en escuelas de locución.

Cuando grabó Cleopatra, que se estrenó en 1963, su carrera ya tenía una buena cantidad de filmes y de obras en su haber, justamente las tablas de los teatros de Londres y Broadway fueron las que vieron nacer el talento de este hombre que falleció en Suiza a los 59 años.

Burton se lució en el teatro. Se dice que era considerado el sucesor del gran Laurence Olivier, incluso la crítica lo aclamaba comparándolo con el actor inglés Edmund Kean (1787-1833). Sus interpretaciones de Shakespeare le valieron el reconocimiento: actuó en Hamlet, Otelo, La tempestad, Medida por medida y Enrique V.

“El actor sorprendía incluso a sus seguidores en cada nuevo trabajo, perfilándose como un intérprete dúctil, capaz de componer los personajes más opuestos: una novedad respecto al estilo de los intérpretes clásicos del cine. Por su interpretación en el musical Camelot, y su forma de cantar, ‘más atrevida que hermosa’, obtuvo el premio Tony de 1961″, recordó el diario español El País en la nota sobre la muerte de Burton.

Marcelo Galio

El manto sagrado se basó en la novela histórica de Lloyd C. Douglas y fue dirigida por Henry Koster.

Los créditos principales los compartió Burton con la actriz Jean Simmons en el papel de Diana y el actor Victor Mature como Demetrio.

La actuación de Burton como Marcelo Galio en esta película le valió una candidatura a los Óscar como mejor actor. La cinta también fue candidata a los galardones a mejor película, mejor fotografía, dirección artística y vestuario, ganando premios en estas dos últimas categorías. También recibió el Globo de Oro a mejor película.

Fue tanto el éxito de la historia de Marcelo Galio y Demetrio que a Victor Mature se le encargó protagonizar la secuela Demetrio, el gladiador (1954).

Richard y Liz

Si de historias de amor increíbles hablamos, la de Richard Burton y Elizabeth Taylor es una de las más grandes de Hollywood y, curiosamente, los estudios de grabación fueron el escenario del sonado romance.

Cleopatra fue una misión titánica para su tiempo y, además, una de las producciones más grandes del cine épico (en su historia no hay temas bíblicos).

Más allá de la fastuosa producción, tras bastidores también se desarrolló una historia impactante. Se dice que Elizabeth Taylor ya estaba elegida para interpretar a Cleopatra y que los realizadores habían escogido a Stephen Boyd (Messala, en Ben-Hur) para ser Marco Antonio, pero por atrasos en la grabación, él dimitió y en su lugar fue elegido Richard Burton.

De acuerdo con una nota de RTVE, el flechazo fue inmediato cuando se vieron por primera vez. Para ese momento ambos estaban casados: Burton tenía 12 años de ser el esposo de Sibil Williams y Taylor estaba en unida en matrimonio con Eddie Fisher, su cuarto marido.

Mientras grababan Cleopatra, los artistas dejaron a sus respectivas parejas y se unieron en una relación que era el alimento diario de las prensa rosa del momento. Aquello fue un escándalo del tamaño de la producción y eso es mucho decir comparando el romance con una de las películas más costosas de todos los tiempos porque se dice que la producción gastó más de $44 millones de la época, inversión que casi llevó a la quiebra a los estudios 20th Century-Fox.

De las cinco nominaciones a los Óscar del filme, logró hacerse con cuatro premios: mejor dirección artística, fotografía, diseño de vestuario y efectos especiales.

Fuera del plató, lo de Burton y Taylor siguió generando noticias. Los actores se casaron en 1964, un año después del estreno del filme y durante su vida en pareja filmaron otras 11 películas juntos. Se divorciaron en 1974, luego de una década de toxicidad, pleitos, reconciliaciones y muchos problemas.

Como es bien sabido, la pasión abrasadora que sentían el uno por el otro no permitiría que estuvieran alejados y volvieron a casarse. La segunda boda se celebró en octubre de 1975, en Botsuana.

Sin embargo, ninguno de los dos había cambiado. Todavía seguían siendo aquellos intensos y apasionados amantes que no podían estar alejados, pero que tampoco podían vivir juntos; así que un nuevo divorcio se dio apenas nueve meses después.

“Quizá nos hayamos querido demasiado”, afirmó Taylor en un comunicado de prensa que publicó sobre la separación.

Burton, el príncipe

Gracias a su carrera, a Richard Burton se le conoció como el príncipe de los actores. Su hoja de vida profesional la culminó con muchos títulos en la gran pantalla, pero su consolidación en el teatro es tal vez lo que la crítica más le reconoció.

Falleció el 5 de agosto de 1984 en Suiza, debido a una hemorragia cerebral.

El intérprete ingresó en un hospital de la localidad de Ginebra en estado de inconsciencia y falleció poco tiempo después.